El periodista pasó un mensaje grabado en su programa de radio y cuestionó cómo la prensa lo trata por el accidente que tuvo su hijo
El periodista Eduardo Aliverti grabó un mensaje transmitido en el inicio de su programa semanal Marca de Radio, por radio La Red, en el cual cuestionó el tratamiento que está realizando el periodismo del accidente vial protagonizado por su hijo Pablo, que le costó la vida a una hombre que iba en bicicleta por la ruta. Aliverti señaló: "De esas palabras que escribí el miércoles, a 48 horas de lo sucedido, sólo corrijo que no es uno de los momentos más dolorosos de mi vida, es el peor. Tipeé lo que me salió después del shock. Cuando estuve a punto de morirme, era yo, conmigo. Esto es yo, más la gente que debo condenar y la gente que está fusilándome. Dejo esta última oración a sabiendas de que van a cargarme de que me victimizo, cuando para empezar hay víctimas más tremendas. Me sale esto. Alguna cosa tengo que descargar".
"Me muero por decir más, no puedo decir más, no debo decir más. Sobre lo que pasó, quiero decir. Y sobre los que ejercieron la crucifixión o no sé cómo llamarlo, hasta que surgió otro tema y otro desgarro. Todos somos o podemos ser víctimas de la gente que hace periodismo de esta manera", se quejó.
Aliverti dijo que "lo que estoy viviendo me ratificó con creces la gente que vale la pena y la que no. Pero al margen de lo sentimental, también me ratificó quiénes ejercen periodismo y quiénes son una basura técnicamente hablando".
"Entre los primeros, [hay] mucha gente que no piensa ideológicamente como yo. De los segundos, todos los que ya sabía. A los primeros, gracias por la decencia profesional, la estatura. No hablo de la solidaridad, hablo de la categoría periodística, de su don de gente profesional. A los segundos, también gracias. Por haberme demostrado que no me equivoco en la identificación de la carroña. Una carroña indescriptible".
Según informaron a La Nación fuentes judiciales, un testigo declaró que García conducía el automóvil Peugeot 504 a más de 130 kilometros por hora y que no detuvo su marcha durante casi 18 kilómetros hasta llegar al peaje de Pablo Nogués, con el cadáver de Reinaldo Rodas sobre el capó.