La presidenta del Brasil aseguró que su plan "Brasil sin miseria" alcanzó ese objetivo y ahora apunta a un país sin personas sufriendo la pobreza extrema. La situación social sigue delicada
Eufórica, la presidenta Dilma Rousseff aseguró que su gobierno ayudó a sacar en dos años a 22 millones de brasileños de la pobreza extrema.
Dijo que ahora se propone localizar a otros 2,5 millones en lugares remotos para "acabar definitivamente con la miseria en Brasil".
"Falta muy poco para que superemos la pobreza extrema", dijo la mandataria al anunciar una nueva ampliación de los programas sociales.
"Conseguimos desde junio de 2011, cuando lanzamos el Plan Brasil sin Miseria, hasta hoy, que firmo esta nueva ampliación de los beneficios, retirar a 22 millones de brasileños y brasileñas de la miseria", aseguró.
En línea con el argumento que suele exhibir Cristina Fernández, Dilma dijo que este es "un hecho diferente de lo que está sucediendo en el mundo", donde países que eran líderes en bienestar social reducen derechos laborales y beneficios sociales de sus ciudadanos.
"Brasil sin Miseria" se ha centrado en garantizar que todas las familias inscriptas en los programas sociales del gobierno alcancen una renta per cápita mínima de 70 reales por mes, o 1,25 dólares por día, considerada internacionalmente el umbral de la extrema pobreza.
El gobierno anunció ahora una última ampliación de los beneficios sociales que se hará efectiva en marzo, con la que pretende llegar a los últimos 2,5 millones de personas inscritas en los programas sociales, pero cuya renta no alcanza ese nivel.
La ministra explicó que existen aún unas 700.000 familias (unos 2,5 millones de personas) que viven en la miseria pero están fuera de los programas sociales, porque viven en áreas remotas del país como la selva amazónica y también en las periferias de las grandes ciudades del sur y sureste.
"Nuestro objetivo es localizar a esas personas en el tiempo que tenemos" de gobierno, que concluye en 2014, señaló.