Los embajadores de Estados Unidos, Italia y Alemania resultaron hoy heridos en Sri Lanka cuando el helicóptero en el que viajaban fue atacado con morteros disparados por integrantes de la guerrilla Tigres de Tamil. Sin embargo, el grupo rebelde adujo que se trató de un error y expresó su "profundo lamento" por el incidente. El atentado fue duramente condenado por el gobierno de Sri Lanka.

El helicóptero de los embajadores Robert Blake (EE.UU.) , Pio Mariano (Italia) y Juergen Weerth (Alemania) acababa de aterrizar en la ciudad oriental de Batticaloa cuando proyectiles de mortero explotaron cerca de la aeronave, dijo el ministro de gobierno de Sri Lanka, Mahinda Samarasinghe, que viajaba con los diplomáticos.

En tanto, otros tres embajadores, los de Francia, Japón y la Unión Europea (UE) viajaban en un segundo helicóptero que no aterrizó al percatarse del ataque, por lo que los tres diplomáticos escaparon ilesos.

El ministro contó que los tres embajadores que viajaban con él "sufrieron heridas leves", pero que estaban bien. Siete miembros de las fuerzas de seguridad de Sri Lanka también resultaron heridos, agregó.

El grupo rebelde Tigres de Tamil reconoció que fueron ellos quienes dispararon contra los diplomáticos, pero responsabilizó a las fuerzas armadas de Sri Lanka que anteriormente han utilizado ese lugar de aterrizaje para realizar operaciones militares contra la guerrilla.

"Incluso esta mañana habían utilizado el sitio para dispararnos fuego de artillería'', afirmó. "Nuestra gente no estaba informada del movimiento diplomático". "Esto es una negligencia criminal de las fuerzas armadas", dijoRasiah Ilanthirayan, vocero de los Tigres de Tamil en el cuartel insurgente de Kilinochchi.

Los diplomáticos se trasladaron al este de Sri Lanka junto con funcionarios del gobierno para visitar proyectos de desarrollo financiados por Estados Unidos.

Los Tigres Tamiles comenzaron su rebelión en 1983, para exigir la creación de una nación independiente dentro de la isla para los 3,1 millones de miembros de la etnia tamil, minoritaria en el país. Unas 68.000 personas murieron en el conflicto. El gobierno de Colombo y los LTTE acordaron hace cinco años un alto el fuego que no ha sido suspendido, pero que no se cumple.