El estreno de "Skyfall" retoma lo mejor del agente secreto 007 en la piel del genial Daniel Craig. A 50 años de la saga, una de sus mejores películas
Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.TvDicen que cuando se llega a los 50 años es, ahora, la mitad de la vida, y se puede dar un cambio para volver a empezar. La saga de James Bond, que transita ese camino, encontró en su nuevo protagonista, Daniel Craig, la mejor máscara para un renacer con vitalidad que atrae a millones de espectadores.
"Skyfall" -algo así como "caído del cielo", la tercera película donde Craig se calza el traje del agente 007 con licencia para matar, la número 23 de la serie del agente secreto al servicio de su Majestad, demuestra que Bond está más vivo que nunca y adaptado a los nuevos tiempos.
En el estreno mundial del nuevo film, Craig se recupera del tropezón de Quantum of Solace, la anterior película, y en "Skyfall" recupera la mirada de hombre duro y golpeado, casi torturado internamente, que exhibió el nuevo protagonista en su primera participación en "Casino Royal".
Este Bond está a la altura de los tiempos, es un agente que no reconoce autoridad, es cuestionador, sufre traumas infantiles irresueltos y le pone el cuerpo a las balas, casi como un suicida, lejos del glamour acaramelado de Roger Moore y los últimos tramos de Pierce Brosman.
Bond arranca, como de costumbre, con una secuencia de acción de aquellas en la que 007 va tras un hombre que tiene una lista con agentes infiltrados en organizaciones terroristas, y de allí en más a agarrarse de la butaca, porque ni tiempo para el pochoclo queda.
En esta nueva historia hay muchas sorpresas, con una dirección impecable de Sam Mendes (Belleza Americana) -primer director ganador de un Oscar que dirige un Bond-, como el momento difícil de M (Judi Dench), quien está a punto de que la retiren y parece que la jubilación mínima no le cae bien.
En esta disputa de M contra su nuevo superior no solo habrá escenas de tensión sino de gran nivel actoral en un duelo de grandes como Dench y su ahora superior, Ralph Finnes (El paciente inglés). Solo eso ya justificaría la entrada paga.
El agente secreto hará de las suyas para defender a esa mujer que admira e idolatra como si fuera su madre (¿M de "Mother" se pregunta Asteriscos.Tv?), y también la hace renegar con algunas de sus decisiones impetuosas por encima de la autoridad.
Del lado de los malos, el otro gran ícono de la saga es esta vez un actor de carácter como el español Javier Bardem, rubio y afeminado, y que no hace más que acrecentar el desafío.
Lejos de los personajes símiles "Profesor Neurus", con el latiguillo del "mundo será mío, mio", este Bond siglo XXI trata con enemigos de carne y hueso, y este Silva que interpreta el español es real y tiene un aire de Hannibal Lecter, por lo que Bond tiene un malvado a su altura.
Atención seguidores: no serán defraudados con un Bond más cínico que humorista, con mucha voluntad para correr, matar y destruir, muy patriota y con eternos guiños a los seguidores de la serie: a estar atentos.
Con 50 años, intacto y con vocación de seguir en su lucha, tras acompañar este año a la Reina Isabel a la fiesta de inauguración de los Juegos Olímpicos -gran momento del cine entrecruzado con la realidad- Bond está listo para hacer justicia, a su modo, ahora quizás hasta "políticamente incorrecto", y eso gusta todavía más.