El cepo al dólar ideado por el gobierno para impedir la feroz fuga de capital cumplió hoy su etapa más dramática, ya que, como se había anunciada, se terminó la opción de que los tomadores de créditos hipotecarios puedan acceder al mercado cambiario para camviar su dinero a dólares y comprar la vivienda en esa moneda.

Así, la administración de Cristina Fernández terminaría de darle el tiro de gracia al que fuera en algún momento el sector más dinámico de la economía, en una decisión que abre severos interrogantes sobre cuánto le llevará a la Argentina recuperar su economía, en especial porque los propietarios de viviendas y campos rechazan la idea de vender en pesos, por la depreciación constante que sufre la moneda nacional ante la imparable escalada inflacionaria.

El Banco Central, al frente del cual está ubicada la cada vez polémica Mercedes Marcó del Pont, salió a decir que la medida -de marcado intervencionismo- busca "poner en igualdad de condiciones a quienes querían acceder a la compra de una vivienda sin un crédito, que debían comprar los dólares en el mercado paralelo, y los que calificaban para un préstamo y podían comprar las divisas al tipo de cambio oficial".

Si había alguna expectativa de recuperación por parte de la construcción, tal vez se haya terminado por un tiempo largo a partir de ahora, como lo refleja el desbarrancamiento de las estadísticas de escrituras y el hecho que el sector constructor haya ingresado en recesión según los datos manipulados por el INDEC, lo cual indicaría que la caída es en realidad mayor.