La buena relación entre Macri y Viviani marcha viento en popa. El servicio de taxis es uno de los que más aumentó en los últimos cinco años y le gana a la inflación del INDEC
La relación entre el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y Omar Viviani, jefe del sindicato taxista y él mismo señalado como propietario de flotas de taxis, marcha viento en popa, ya que desde hoy volvió a subir la tarifa, que acumula un alza del 24 por ciento en el año, el doble de la inflación informada por el INDEC.
Ese aumento favorece especialmente a los dueños de flotas de taxis, ya que el incremento no se traduce en mayores ingresos para quienes son choferes y alquilan el vehículo.
Es que el alquiler del auto aumena en la misma proporción que la tarifa, y así, la parte del león se la siguen llevando los dueños de grandes flotas de taxis, como el propio Viviani.
Desde hoy, rige la segunda parte del aumento en la tarifa de los taxis de la Ciudad.
La suba es del 12% e impacta también en las tarifas nocturnas y en el plus por llamar a un servicio de radiotaxi.
Así se completa la segunda suba en lo que va del año, aprobada por la Legislatura porteña con apoyo del PRO: la anterior también fue del 12% y se aplicó a fines de julio. La ficha para los viajes diurnos que estaba en 82 centavos subió a 91 y la bajada de bandera (que equivale a diez fichas) pasó de $ 8,20 a $ 9,10.
Pero la tarifa para los viajes que se hagan entre las 22 y las 6 aumentó de 0,98 a $ 1,10, y la bajada de bandera de $ 9,80 a $ 11.
Cada ficha equivale a 200 metros de recorrido.
Así, cada dos cuadras un usuario de taxis estará pagando casi el valor de un boleto de ómnibus, que cuesta $ 1,10.
Un viaje entre el Obelisco y Cabildo y Juramento costaría casi $ 63,50, 60 veces más que en colectivo y 30 veces más que en subte.
Es curioso como Viviani hizo el suficiente lobbie para transformar al taxi en una servicio con tarifas de lujo, cuando muchos de los vehículos que se vean en las calles dejan bastante que desear.
Para los taxistas el aumento implica una baja en la demanda que puede durar algunas semanas.
La tarifa de los taxis fue “descongelada” en 2003, un año después de la salida de la convertibilidad.
Desde ese entonces –cuando la ficha costaba 14 centavos– se concedieron 13 aumentos: el salto acumulado es de alrededor del 550% para los viajes diurnos y de un 680% para los nocturnos.
La Ciudad tiene otorgadas 37.000 licencias de taxis, pero se estima que circulan unos 28.000. Hoy el tope de antigüedad de las unidades es de 12 años, pero se bajaría a 10 y a futuro no se podrán incorporar autos que tengan más de 6 años.