La temporada de 1997 tuvo dos superclásicos enormes que demostraron en cada capítulo por qué merecen pasar a la historia de los choques más recordados.

Fueron dos partidos distintos, en contextos diferentes, y que por momentos trascendieron por cuestiones disímiles.

En ninguno de los dos ganó River, en una picardía del destino, ya que fueron jugados en el contexto del mejor momento del club en los últimos 30 años, cuando hilvano su último tricampeonato (Apertura 1996 y 1997 y Clausura 1997), mientras que Boca ganó uno pero en esa etapa quedó huérfano de títulos.

En el Clausura 1997, jugado a fines de marzo, en el Monumental River y Boca empataron 3 a 3 en un choque increíble donde los "xeneizes" terminaron el primer tiempo ganando 3 a 1, con un verdadero "baile" que pudo terminar esa etapa con un resultado más abultado.

Cedrés, a los 5 minutos, Sergio Martínez, a los 16 y a lo 33, daban el triunfo parcial a la visita que además había errado un penal cuando estaban 2 a 0, mientras en el epílogo de la etapa, Sergio Berti, descontó para el millonario.

El segundo tiempo no fue mejor para River, que al inicio perdió a Eduardo Berizzo, que fue expulsado, y por el dominio de Boca, que cerca estuvo de aumentar el tanteador.

A los 22 del complemento fue expulsado Martínez y rato después el juvenil Villalba descontó para el local y poner el partido en un momento dramático.

Lo esperado llegó sobre el final del choque cuando, a los 43 minutos, el paraguayo Celso Ayala marcó el empate 3 a 3 y cerró un partido histórico.

La revancha llegaría el 25 de octubre de ese año cuando, ya en otro torneo, el Apertura, se volvieron a ver en el Monumental y con ambos equipos líderes del torneo y peleando cabeza a cabeza.

Pero aquel partido del cual este jueves se cumplen 15 años no fue un superclásico más, porque además de la victoria de Boca por 2 a 1, marcó la despedida del fútbol profesional --sin saberlo-- de Diego Maradona, del primer tanto en este choque de Martín Palermo.

El partido fue intenso, se jugó un sábado, ya que al día siguiente había elecciones legislativas, y fue la última vez que Diego jugó profesionalmente y lo hizo solo un tiempo y fue remplazado por Juan Román Riquelme.

El primer tiempo terminó 1 a 0 a favor de los locales tras un golazo de Berti, pero en el segundo tiempo a los 2 minutos, empató Julio César Toresani.

El momento más esperado llegó a los 22 cuando el "Loco" Palermo gritó su primer gol en el superclásico, en una historia que se hizo costumbre en los 14 años, en el cual el delantero fue protagonista.

El gol fue de cabeza y muy protestado por los jugadores de River al entender que el defensor Jorge Bermúdez le había hecho falta al aquero Germán Burgos.

El triunfo fue de Boca, pero el título terminó siendo para River por un punto, tras algunos errores en partido clave del equipo que dirigía entonces Héctor "Bambino" Veira.

Cinco días después de este gran triunfo, justo el día de su cumpleaños 37, Diego anunció su retiro definitivo del fútbol, acosado por un nuevo caso de doping positivo, el tercero en su carrera.