Es la más baja desde noviembre de 2011. Una encuesta reveló que 15% participó en el "cacerolazo" del 13/9 y que el 70% apoya este tipo de protesta pero rechaza los "escraches"
La imagen de la presidenta Cristina Fernández tiene el peor nivel de imagen positiva de los últimos meses al caer al 25,5 por ciento, muy lejos de los datos de noviembre de 2011 cuando estaba en 54 por ciento de aceptación de la ciudadanía, según una encuesta realizada por la consultora Management & Fit.
Esta consulta realizada sobre casi 2300 personas en todo el país fue la primera realizada luego del "cacerolazo" del pasado 13 de septiembre y también reveló interesantes datos sobre ese tipo de propuesta de reclamo.
El 15,2% dice haber partido de esa marcha de protesta contra el Gobierno nacional, mientras el 64,7% dice que no salió a al calle, y un 19,4% dice que no pudo salir , pero le hubiera gustado asistir.
En ese marco, el 70% de los consultados aprueba esa forma de reclamo, mientras a la hora de decidir si participarán el el próximo reclamo anunciado para el 8 de noviembre, se dividen las aguas y la mitad dice que si y la otra parte anunció que no lo hará.
La consultora que habitualmente mide para distintos gobiernos provinciales, realizó esta encuesta en la Ciudad de Buenos Aires, el centro, NOA, NEA, Cuyo y Sur del país, una semana después del masivo cacerolazo en Plaza de Mayo y otros puntos neurálgicos de los centros urbanos, y fueron entrevistadas 2259 personas.
“Esta es la primera encuesta pos cacerolazo y revela que hay más gente que dice que fue a las protestas que la que lo hizo realmente. Es que, a pesar de haber sido una manifestación masiva, la gente se siente escuchada y quiere ser parte del reclamo. Evidentemente, hay una situación de empatía con la situación. Un fenómeno que tiene aceptación y que va en crecimiento. La gente pide soluciones urgentes para la inseguridad, la corrupción, la inflación y también se empieza a expresar por la libertad", dijo a directora de M&F, Mariel Fornoni.
Finalmente, la encuestadora reveló que luego de cerrada la compulsa sucedieron los hechos de protestas frente a los domicilios del juez Norberto Oyarbide y el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y dijo que estas expresiones son diferentes:
"La gente defiende el llamado cacerolazo pero a la vez rechaza estas protestas que son calificadas de "escraches" ", definió la directora de la empresa.