Dijo que si no mejora sus estadísticas le sacará "tarjeta roja". Mientras tanto, no previó el descalabro ni en Estados Unidos ni en Europa, donde le fallaron todos los controles
El Fondo Monetario Internacional advirtió hoy que si la Argentina no mejora sus estadísticas, le sacará "tarjeta roja", pero la amenaza suena a destemplada cuando ese organismo fue incapaz de prever las crisis en Estados Unidos y Europa, que pasó debajo de sus narices y puso al mundo en vilo, con un impacto que perdura hasta ahora.
Con cada vez menos credibilidad, el Fondo postergó hasta diciembre un informe sobre la situación de las estadísticas argentinas, pero le dio un plazo de tres meses para ordenar sus estadísticas.
Christine Lagarde, directora gerente del FMI, advirtió que la Argentina tiene “tienen la tarjeta amarilla y tres meses para evitar la tarjeta roja”.
Por “tarjeta roja”, la funcionaria alude al proceso de “censura” de un país miembro del Fondo, que implica primero la prohibición de acceder a préstamos, luego al derecho de voto y eventualmente, tras varios plazos, la expulsión.
Hasta ahora ningún país fue expulsado nunca del Fondo por la calidad de las estadísticas que entrega, pero a la Argentina tal vez no le importe quedar afuera de un organismo al que desprecia. “Si no hay progresos, entonces se sacará la tarjeta roja. Todos los jugadores son iguales, incluido los argentinos, a pesar de lo buenos que son jugando al fútbol”, ironizó Lagarde en el Instituto Peterson de Washington.
Según los reglamentos del FMI, Argentina debe responder a los requerimientos del directorio antes del 17 de diciembre, para evitar que se abra el mecanismo de censura.
El organismo aspira a que se difundan cifras precisas de inflación y producto bruto interno (PBI) entre otras cifras. Desde enero de 2007, la intervención en el INDEC ha distorsionado estos números. Seguramente deberá esperar sentado.