Una despachante de Aduana dijo que el secretario de Comercio Interior la amenazó y la acusó de trabajar para una "empresa fantasma" de Brasil
Una despachante de Aduana se sumó a la larga lista de personas que denunciaron maltrato y amenazas por parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien no se cansa de agredir a mujeres en un gobierno que dice combatir la violencia de género.
La despachante Paula De Conto denunció a Moreno por maltrato y amenazas durante una reunión mantenida en el despacho del funcionario con representantes de una empresa brasileña. De Conto trabaja para una compañía de Brasil y explicó que primero recibió un llamado intimidante de Moreno y el jueves último, cuando concurrió a la oficina del secretario con otras dos mujeres de la firma extranjera, volvió a ser maltratada y amenazada, por lo que presentó una denuncia ante la Justicia.
"Hice la denuncia el viernes a la mañana en la Fiscalía 4 (a cargo de Carlos Stornelli). La hice porque todos sabemos cómo trata a la gente y cómo son sus amenazas, pero si no, no pasa nada. Si todos nos animamos a contar y denunciar lo que nos pasó, puede llegar a haber un camino", dijo De Conto.
El hecho comenzó cuando la despachante de Aduana recibió un llamado de Moreno en su celular: "Creí que era mentira, que era una cargada. Me pasan con Moreno, se presentó como Guillermo Moreno, y empezó a gritar que me callara la boca, que él iba a hablar y que después me iba a cortar pero que lo escuchara".
"No entendía tanta falta de respeto. No sabía por qué me había llamado y me seguía gritando. Después me comentó que me llamaba porque yo trabajaba para una empresa fantasma. Es una empresa brasileña, muy grande en Brasil, que acá está instalada hace once años o doce. Yo soy despachante de Aduana de esa empresa", explicó De Conto.
"Moreno me gritaba que yo trabajaba para una empresa fantasma, que él no lo iba a tolerar. Que por eso yo no iba a poder trabajar más. Le dije que era una empresa inscripta en la Inspección General de Justicia, en la AFIP. Si fuera fantasma, una empresa no se va a inscribir como sociedad. Está inscripta en la AFIP como importador de teléfonos de línea", relató. Dijo que luego se enteró de "a través del importador que la Secretaría del Interior de Brasil lo había llamado a Moreno para que le diera explicaciones sobre por qué no le autorizaba el permiso para importar. Evidentemente, como no se pudo descargar con la gente de Brasil, lo más a mano que tuvo fue el despachante, que soy yo".
"Eramos tres mujeres. No nos dio derecho a nada. Nos dijo 'se sientan ahí'. Cuando entramos, me dice 'usted se calla la boca porque con usted ya hablé el viernes'. Le dije que no me iba a callar, que había ido para que él me pidiera las disculpas del caso", dijo De Conto. "A las otras dos personas les siguió gritando de la misma manera. Decía que él quería un gerente de ventas instalado en el país. La empresa no funciona con un gerente de ventas: los lugares donde venden estos teléfonos son bocas grandes y pocas. Dijo que estaba en su despacho y que en su despacho manejaba las reuniones como quería y en el tono que le gustara. A mí me echó, me dijo que me fuera", relató.
Pero la mujer no se quedó con las ganas y le dijo que le daba "asco como persona, como funcionario, como ciudadano. Que no estaba dispuesta a seguir escuchándolo. Entró una persona de seguridad que me acompañó hasta la salida".
El incidente ocurre a menos de una semana de que la titular de ADECUA, Sandra González, denunciara que fue echada a los gritos por Moreno de una reunión con asociaciones de consumidores.
Moreno está recargado y dispuesto a todo. Y parece que con aval de un la mujer más poderosa del país.