Es debido a la caída de los precios energéticos y el incremento de los costos, de acuerdo a lo que informó el Departamento de Trabajo, el índice fue de 0,2 por ciento
El índice de inflación, aunque mucho más bajo que en la Argentina, es también una preocupación en los Estados Unidos. Ocurre que los precios al consumidor subieron más de lo previsto en enero, pese a una caída de los precios energéticos, por un incremento en los costos médicos, según el informe oficial, que revivió las preocupaciones sobre la inflación.
El informe del Departamento de Trabajo mostró que los precios al consumidor aumentaron un 0,2 por ciento, a la vez que los precios subyacentes, que no incluyen los costos de los alimentos y la energía, se incrementaron un 0,3 por ciento.
En diciembre, los precios al consumo habían aumentado 0,4% y el de base un 0,1%. Los analistas anticipaban que en general los precios al consumidor ascenderían un 0,1 por ciento y que los precios subyacentes avanzarían un 0,2 por ciento.
En la medición interanual, los precios al consumo subieron un 2,1 por ciento y el índice de base, considerado más representativo porque excluye elementos volátiles como alimentación y energía, aumentó 2,7 por ciento. Se trata del mayor incremento del índice de base desde septiembre de 2006.
Los números atentan contra la gran apuesta que hicieron en los últimos días la mayoría de los operadores de los mercados: que la Reserva Federal norteamericana (Fed), no sólo no volverá a elevar la tasa de interés de corto plazo, sino que comenzará a reducirla este año. Ocurre que, mientras mayor sea la inflación, menor serán las posibilidades de que esto ocurra.
De hecho, las minutas de la última reunión del Cómite del Mercado Abierto, que decide el nivel de la tasa de interés, señalaron que la Fed ve un mejor panorama para la inflación subyacente, pero no ve que la tendencia bajista en la inflación estructural esté definitivamente establecida.
El informe condujo a que los agentes financieros redujeran sus apuestas a rebajas de las tasas. Los precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos descendían, las acciones en Wall Street apuntaban a la baja y el dólar ganaba terreno.
"Parece que la desaceleración en la inflación estructural, que fue más evidente en octubre y noviembre, entró en un alto", escribieron los economistas de Morgan Stanley, David Greenlaw y Ted Wiesman. "Esto significa que la Fed mantendrá una tendencia al ajuste monetario pero probablemente no actuará a menos que haya señales más claras de un repunte en la inflación estructural", dijeron en una nota a clientes.
"Esto suma credibilidad al presidente de la Fed Ben Bernanke en su reporte monetario de la semana pasada ante el Congreso, que dijo que la inflación sigue siendo una preocupación", sostuvo Richard DeKaser, economista jefe de National City Corp. en Cleveland.
La semana pasada, Bernanke dijo ante el Congreso que él prevé que la inflación se modere desde unos niveles que la Fed considera elevados, pero agregó que los funcionarios siguen listos para subir las tasas de interés a fin de contener cualquier presión inflacionaria si es necesario.