El incendio provocado por la explosión en la mayor refinería del país seguía activo el domingo, después del fatal accidente que dejó 41 muertos
El infierno desatado por la explosión de la principal refinería de Venezuela ya dejó al menos 41 muertos y varios militares desaparecidos.
El lugar fue visitado por el presidente Hugo Chávez, quien sostuvo que "se sigue batallando contra ese incendio".
Inmensas llamas aún se ven por encima de dos tanques de almacenamiento de la refinería de Amuay (Estado Falcón, noroeste), aunque las autoridades aseguran que el fuego está "controlado" y "confinado". Una fuga de gas causó el accidente en la mañana de sábado.
Es el peor registrado en un complejo de la estatal PDVSA.
Chávez, que el sábado ordenó una investigación "profunda" de los hechos y decretó tres días de duelo nacional, se mostró "muy dolido" por las víctimas, a la vez que alentó a los venezolanos, asegurando que "la función debe continuar" pese a la tragedia.
También indicó que en estos momentos se están buscando "algunos guardias que no aparecen", sin precisar su número.
Con la muerte de dos militares que ingresaron en un hospital de Maracaibo, en el vecino Estado Zulia, se elevan a 20 los efectivos fallecidos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que custodiaban el complejo y habitaban en sus inmediaciones, además de 15 civiles, la mayoría familiares.
Otros seis cadáveres estaban por identificar, por lo que el saldo de muertos se eleva hasta el momento a 41, además de una treintena de heridos ingresados en distintos hospitales de la zona a la refinería y en Maracaibo.
Chávez, que se encuentra en plena campaña para buscar su reelección en los comicios del 7 de octubre, explicó por otro lado que PDVSA está "haciendo una primera evaluación" sobre el origen de la fuga de gas que provocó la explosión.