A pesar del frío, miles de personas protestaron contra la inseguridad, la corrupción y la guillotina cambiaria que golpea a deudores en dólares
Esta vez, las cacerolas retumbraron en la Casa Rosada. Y no llegaron más cerca porque una estratégica vallada de seguridad colocada desde el 2003 impide pasar la mitad de la Plaza cuando hay marchas contra el gobierno.
Todo ocurrió en una noche helada alrededor de las 21 y una hora después el gobierno bajó la candidatura de Daniel Reposo a la Procuración General de la Nación, reemplazándola por la de Gils Carbó, a quien se describe como una abogada "enemiga" del diario Clarín.
Miles de personas autoconvocadas a través de cadenas de mails y las redes sociales se empezaron a juntar en esquinas estratégicas de la Ciudad para hacer oír su voz contra el cepo cambiario que dejó patas para arriba a sectores clave de la economía.
También reclamaron contra la "corrupción y la inseguridad", y hasta pidieron investigar en serio la tragedia ferroviaria de Once que costó 51 muertos y 700 heridos.
La manifestación de mayor relieve se produjo en Plaza de Mayo, donde a partir de las 21 llegaron a juntarse unas seis mil personas, a pesar de lo 4 grados de temperatura y 2 de sensación térmica.
Desde la Casa Rosada le bajaron el tono a la protesta al señalar que sólo se tratraba de algunos cientos, pero llamó la atención que los sectores medios, reaciones a salir a las calles para protestar, resolvieran ir a las mismísimas puertas de la Casa de Gobierno.
Algunos de los carteles eran muy duros contra el Gobierno: "Cristina: devuelvan el país. El voto no da impunidad a la estafa moral y al vaciamiento económico"; "El dólar me importa un carajo, yo vengo por justicia"; "No queremos una Cuba ni una Venezuela".
Centenares de jóvenes cuestionaron las trabas impuestas para salir del país y hasta participaron algunos extranjeros que encuentran problemas para girar divisas al exterior.
“Borombombon, Borombombon, el que no salta, es un ladrón”, cantó el público, en su mayoría jóvenes y mujeres. La mayoría de los manifestantes llegó a la Plaza de Mayo caminando por la Diagonal Norte, que permaneció cortada varias horas, desde el Obelisco.
Muchos, incluso, habían bajado de sus casas con cacerolas para juntarse en Santa Fe y Callao a las 18, una de las esquinas que ya había congregado protestas la semana pasada, lo mismo que las de Cabildo y Juramento y Santa Fe y Coronel Díaz.
En Caballito también hubo cacerolazos, y lo mismo ocurrió en el municipio de Vicente López, frente a la Quinta Presidencial. Allí, en la entrada de la avenida Maipú, unas 200 personas cortaron el tránsito y protestaron contra la Presidenta, vigilados por la Policía Bonaerense.