En un hecho sin precedentes durante el kirchnerismo, el secretario de Comerio Interior, Guillermo Moreno, se reunió con los principales referentes de las casas de cambio y les pidió bajar el dólar paralelo a 5 pesos a partir del lunes.

De alguna manera, el gobierno aceptó inmiscuirse en una actividad que en realidad es, a la luz de la ley, ilegal.

La reunión fue confirmada por el senador Aníbal Fernádez, quien arriesgó: "El lunes el dólar abriría a $ 5,10 en las casas de cambio", porque "hubo un acuerdo" con el gobierno.

Pero Aníbal no aclaró que la AFIP abrirá el grifo para que la divisa se pueda adquirir a ese valor, o si lo que se acordó fue que los cambistas, que son junto a los bancos quienes poseen los dólares, impondrán que el mercado marginal, que el viernes operó a 5,95, baje en forma drástica a 5 pesos.



Si el acuerdo existe, y el paralelo baja a 5 pesos, incluiría que los inspectores de la AFIP desaparezcan de la city y hagan la vista gorda para las operaciones 'irregulares'.

Desde la Casa Rosada las usinas que echan a rodar rumores empezaron a recomendar a quienes operan en el mercado marginal a desprenderse de los dólares si no quieren quedar en off side ante el aparente nuevo acuerdo, que ahora deberá confirmarse en los hechos.

Aníbal, quien se ha convertido en un insólito vocero en medio de la crisis cambiaria, sostuvo que "ha habido una discusión con las casas de cambio, las principales, y se habla de que el lunes estaría abriendo a no más de 5,10; con lo cual tendría alguna lógica porque siempre en las casas de cambio, ha tenido un valor distinto". El senador habló con radio Mitre -medio con el cual el gobierno está enfrentado por ser del Grupo Clarín-, e insistió en que no se piensa en una "devaluación" o en una "pesificación".

"Es lo que he escuchado en el día de ayer, con lo cual volveríamos a una cierta normalidad, impidiendo esas especulaciones absolutamente irresponsables y en la búsqueda de resolver la vida de muy poquititos, como ya pasó tantas veces en la Argentina", señaló.

El billete en el circuito informal subió cinco centavos, a $ 5,95 para la venta; mientras que el dólar oficial se mantuvo en $ 4,49, pero nadie lo puede adquirir.

Así, de prosperar esta estrategia irregular, el gobierno aceptaría una devaluación del 14 por ciento, llevando el valor del dólar de 4,50 a 5,10.