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"Más vivos que ricos", mentiras que son risas
Interesante comedia que divierte con las aventuras de dos hermanos muy atorrantes. Todos los domingos a las 21:00 en el Teatro Moulin Bleu
25 de marzo de 2012
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv

¿Qué serán capaces de hacer dos hermanos para ayudar a una joven y hermosa viuda que necesita curar a su hijo muy enfermo? ¿Cuántas mentiras piadosas y líos harán para poder conseguir 50 mil dólares?

Dos preguntas claves que generan un enredo de proporciones con risas en continuado durante los 90 minutos que dura la obra "¡Más vivos que ricos!".

La atractiva propuesta del grupo "De Comedias y Comediantes" se dispara a partir de un vodevil clásico del teatro nacional escrito por los Hermanos Pelay, y que este conjunto de artistas adaptó con mucha creatividad y le sumó toques muy originales de tiempo y espacio, que lo acercan al gusto popular de este nuevo siglo.

Esta obra se puede disfrutar todos los domingos a partir de las 21:00 en el Teatro Moulin Blue, ubicado en Rodríguez Peña 411, de esta ciudad.

Las aventuras de Timoteo y Marcelino, dos hermanos muy particulares que viven en una villa en los noventa, propone el juego inicial de enredos de este dúo de "picaros atorrantes", que no tienen prejuicios en asumir roles de otros para alcanzar su objetivo de ayudar a la pobre viuda en desgracia.

Esa excusa da pie a una típica comedia de entradas y salidas de escena de muchos personajes y chistes contundentes, que sin alcanzar más pretensión que la risa contante, hace del espectáculo un momento disfrutable y muy recomendable.

Valioso es el trabajo en la puesta en escena de relojería de la joven directora Marina Kryzczuk, quien no sólo ajusta los detalles para explotar el poder del texto lleno de pies y remates, sino que permite, con interesante mano sobre la puesta, el lucimiento por momentos de cada uno de los nueve actores en escena, que más allá del rol de importancia en la obra tiene su explosión actoral.

En ese grupo, y trabajando ya sobre capacidades personales, los dos protagonistas, Damian Mastroleo --también con una impronta importante en la adaptación del texto-- y Facundo Basualdo, se cargan la obra a sus hombros y sacan muy buen partido de un material como preparado para el lucimiento de ambos. Sin dudas, nace un dúo muy interesante para la comedia.

No se quedan detrás roles femeninos coprotagónicos que merecen destacarse, como el de Mónica Guidi, una "nueva rica" a quien hay que sacarle el capital, sea como sea, explotada por esta actriz con mucho oficio y simpatía, con excesos y una caricatura extrema.

En este grupo de teatro que viene trabajando con mucho esfuerzo y oficio desde hace ya tiempo, y donde cada uno tiene un rol profesional para explotar en el momento adecuado, en "Más vivos que ricos", se merece un recuadro especial la aparición de Marcela Grasso, quien se gana genuinas ovaciones propias.

En el papel de la mucama, la actriz saca provecho de una máscara muy apropiada para la complicidad con el público y con una imagen muy potente (mide 1,90) y un caminar por el escenario que no pasa desapercibido.

El resto del elenco se suma con buenos “timming” al desarrollo de la historia y sostienen buenos pasajes como la juvenil Rocío Ambrosini, Lucía Benavidez, como la viuda en cuestión; Agustín Lambiasse, como el obsecuente contador de la nueva rica; Ricky Brunel, un investigador privado muy solicito y Max Belevicius, con un personaje lunático muy bien explotado.

Quizás lo visto por Asteriscos.Tv la noche de su estreno de prensa, a la obra le sobran alguno minutos, especialmente entre el fin del segundo acto y parte del tercero, en un ajuste de tiempos que puede llegar con el correr de las funciones.

A la historia de "Más vivos que ricos" se le suma además una interesante referencia constante a la década del noventa y el sobrevuelo de la presencia de Sandro, en una vuelta de tuerca de la historia que remata el gran final.

Como se escucha en la obra en la voz de Cacho Castaña, "a vuelto el matador...", y "¡Más vivos que ricos!", logra matar de risa le melancolía del domingo a la noche para termianr con muchas risas el fin de semana.