"Me creí Dios. Me equivoqué. Estoy arrepentido". Esa fue la frase que, según sus abogados, le dijo al juez Ariel Acevedo, uno de los enfermeros detenidos por el presunto crimen de 16 pacientes en dos hospitales de Montevideo.

El otro enfermero es Marcelo Pereira. Ambos están detenidos y procesados por el asesinato de al menos 16 pacientes a los que les aplicaron letales inyecciones de morfina y aire.

Dijo que sus defendidos actuaron por piedad ante el sufrimiento que padecían quienes se convirtieron en sus víctimas.

Los dos acusados habrían actuado sabiendo lo que hacían.

"Mi cliente reconoce haber dado morfina a por lo menos cinco personas" en casos en los que "la morfina no estaba prescripta por el médico tratante", dijo el abogado de Pereira, enfermero del hospital Maciel y procesado por cinco homicidios.

Sostuvo que "se las dio porque eran pacientes, a su criterio, con mucho dolor, que estaban sufriendo. El no podía ver más ese sufrimiento, y para atemperar ese dolor les daba morfina. El móvil que dice mi cliente es por piedad".