Hace un año el mayor sismo y tsunami de la historia de Japón dejaron más de 19 mil víctimas. La planta nuclear de Fukushima aún es zona de peligro
El 11 de marzo de 2011 la tierra tembló en Japón y se produjo allí el peor terremoto de la historia de ese país, que llegó a 9 grados de intensidad, dejó cerca de 19 mil víctimas y tuvo como consecuencia directa un Tsunami que destruyó las costas y dejó otro tendal de miles de muertos.
El epicentro de movimiento telúrico se situó 70 kilómetros al este de la Península de Oshika, a una profundidad de 24 kilómetros y tuvo 593 réplicas de 5 grados de magnitud y superiores.
Luego, aproximadamente 20 minutos después del terremoto, un gran tsunami alcanzó la península y sembró el caos a lo largo de más de 1.300 kilómetros en la costa del Pacífico, arrasando todo a su paso desde la isla de Hokkaido, en el norte del país, hasta el sur de la isla.
El tsunami dañó la planta nuclear de Fukushima 45 minutos después del terremoto, generó pánico entre los habitantes del lugar e hizo tener en vilo al país, donde la posibilidad de una reacción en cadena con otras planteas se mantuvo por varias semanas.
Las instalaciones quedaron sin energía eléctrica, lo que provocó fallos en los sistemas de refrigeración en los depósitos de almacenamiento nuclear y generaron explosiones internas que dieron lugar al escape de sustancias radiactivas al medio ambiente producto de la fusión del núcleo en tres de sus seis reactores.
Los 80 mil habitantes de la zona fueron evacuados y se realizó una zona de exclusión de 25 kilómetros cerca de la planta, y según expertos se tardará 40 años en lograr que esos reactores se enfríen.
A un año de la tragedia, se contabilizaron 15.852 muertos, 3.287 desaparecidos y 6.011 heridos.
Además, el tsunami dejó 373.707 viviendas destruidas y una planta nuclear en ruinas.