Ambas centrales sindicales salieron a criticar el "ajuste" lanzado por el Gobierno y denunciaron que la ley antiterrorista busca "criminalizar la protesta"
Como nunca, no las une el amor, si no el espanto al incipiente ajuste lanzado por el gobierno, que se busca presentar como una redistribución de la riqueza.
Por eso, la CGT liderada por Hugo Moyano y la CTA disidente encabezada por Pablo Micheli ya bucean la posibilidad de marchas juntas a Plaza de Mayo para protestar contras las medidas aplicadas pero sobre todo contra las que se sabe que vienen.
Micheli calculó que en marzo su entidad, la CGT y organizaciones sociales saldrán juntos a la calle para repudiar “el ajuste que aplica el Gobierno y en contra del 18% de aumento salarial que se quiere imponer como techo”. Micheli reiteró que están en “conversaciones” con organizaciones sociales como Barrios de Pie y afirmó que habló con Moyano “para preparar una marcha, acción que todavía no tiene detalles”.
Respecto de la iniciativa oficial de que las paritarias de este año cierren en un 18%, el sindicalista explicó que el aumento tiene estar acorde con la “la verdadera inflación que supera el 25%”.
“No se puede pedir una pauta salarial inferior al 27 o 30%”, consideró Micheli, quien analizó que el gobierno de Cristina Fernández “en realidad está aplicando un ajuste típico”.
Para Micheli, “el Gobierno no quiere aceptar que está aplicando un ajuste, que va camino a un ajuste que va a ser más profundo que esto y lo disfraza con la quita de subsidios, cuando en realidad es un aumento de tarifas”.
“La aprobación de la ley antiterrorista, ponerle techo a las paritarias, son actitudes autoritarias. Se quiere criminalizar la protesta social ante el ajuste que van a aplicar”, concluyó el dirigente sindical.