Fueron sólo algunas gotas, ni lluvia intensa, ni tormenta, pero bastó para apagar un poco (palabras claves: un poco) el fuego en el que durante días se venían consumiendo porteños y habitantes del Gran Buenos Aires. La máxima prevista para este domingo es de 29 grados, seis menos que los que se alcanzaron el sábado.

La jornada amaneció gris en la Ciudad, sin precipitaciones, pero con una elevada humedad, que superaba el 90%. Tras la lluvia de anoche, la temperatura que a las 9 era de 22,6, había descendido más de 12 grados respecto del pico de 34,8 registrado el sábado.

La caída motivó que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) bajara de naranja a amarillo el nivel de alerta por el calor, lo que implica que, por las condiciones actuales, deben recibir mayores cuidados los bebés, niños, mayores de 65 años y los pacientes crónicos.

El pronóstico indica que durante la mañana se pueden registrar “lluvias y lloviznas aisladas con algunos chaparrones”. El tiempo irá mejorando hacia la tarde y la máxima prevista para hoy es de 29 grados.

Las precipitaciones volverían a caer mañana por la noche. El pronóstico indica “probabilidad de lluvias y tormentas” y las condiciones recién mejorarían en las últimas horas del martes.

Pese a que el sol estará algo escondido, las temperaturas seguirán elevadas, pero sin las marcas sofocantes de la ola de calor registrada en los últimos días, de hecho, para el miércoles se esperan sólo 27 grados de máxima.

Habrá que disfrutar entonces de la tregua que regala el tiempo, antes de que se despache con un nuevo sofocón.