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21 de noviembre de 2024
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Hay 70 desaparecidos en el crucero de la tragedia
Pudieron ubicar a los 18 argentinos que viajaban. Iban más de 4.200 pasajeros cuando encalló en las costas de Italia. Hay tres muertos. Expertos no pueden entender lo que pasó
14 de enero de 2012
Tres muertos, uno de ellos peruano y los otros dos franceses, cuarenta heridos, dos muy graves, y unos setenta desaparecidos es el saldo del accidente que se produjo anoche frente a la isla del Giglio, en Italia, donde el crucero “Costa Concordia” encalló con 4.234 pasajeros a bordo.

En el crucero, viajaban 17 turistas argentinos, y según fuentes diplomáticas, ya fueron ubicados 15. Todos estan ilesos y alojados en hoteles de Fiuimicino y Civitavecchia.

La tragedia sigue siendo incomprensible a estas horas. La gigantesca nave yace escorada en un 80 por ciento en un banco de arena frente al pueblo de la isla del Giglio, situada en la región Toscana, en el centro de Italia. La rodean decenas de barcos y helicópteros. Una docena de oficiales submarinos revisan la parte del crucero que quedó bajo el agua para constatar si en las cabinas quedaron aprisionadas algunas víctimas. A bordo del lujoso y alegre crucero, viajaban alemanes, italianos, españoles, ingleses, franceses, más de un centenar de latinoamericanos y españoles.

A las 19 (cuatro horas antes en la Argentina), la nave había partido del puerto romano de Civitavecchia. Dos horas y media después, mientras todos participaban de la cena de bienvenida, con la presencia del capitán del barco, se oyó un fuerte ruido. “Cayeron las copas y los platos, los nenes comenzaron llorar y se apagaron las luces”, contó la actriz Francesca Rettondini, que en el barco debía registar un reallity show para un canal de televisión.

En Porto Santo Stefano, donde fueron llevados los naufragos, Julián, un profesional español, criticó seriamente el comportamiento de los responsables del barco.

“Dos veces el capitán dijo por los altoparlantes que estuviéramos tranquilos, que todo estaba bajo control. Y que se había producido un problema de electricidad”. Una señora italiana, cubierta con una manta y con su marido en lágrimas al lado, señaló: “El caos fue enorme, no bajaban las chalupas. Estuvimos más de una hora en el barco. Nos decian que estuvieramos tranquilos y que fuéramos a las cabinas, donde hubieramos muerto seguro”. Otra italiana, que juró ante las cámaras que “no volvería a subir a un crucero”, dijo que el personal no era práctico ni para afrontar la emergencia ni en el manejo de las botes de emergencia.

“En la mía, el que presuntamente debía manejarla fue sustituído por la fuerza por un marino que viajaba como pasajero y que maniobró la embarcación hasta la isla del Giglio”. Ilaria, de 23 años, contó que, mientras el capitán decía por los altoparlantes que no ocurría nada serio, “corríamos en la oscuridad a los botes de salvataje”. El personal a cargo lo hacía tan mal que “algunos botes cayeron no en el agua sino en los puentes que estaban más abajo y mucha gente sufrió heridas y contusiones”.

Los bomberos calculan que entre 100 y 150 pasajeros se lanzaron al mar aterrorizados por el contínuo escoramiento de la nave. De los tres muertos constatados, el primero fue un turista de 70 años que sufrió un infarto al producirse el choque de la quilla de la nave con un escollo bajo el agua, de grandes dimensiones. Los otros dos fallecidos murieron ahogados, y uno sería de nacionalidad francesa.

Por su parte, el comandante del crucero, ante la gravedad de la situación, ordenó el abandono de la nave e hizo dar un giro al “Costa Concordia” para que pudiera yacer de costado sobre un banco de arena. “Esta maniobra evitó muchas víctimas”, dijo un oficial de la capitanería de Puerto Santo Stefano.

El naufragio causó un fuerte impacto en Europa, de donde provenía la gran mayoría de los pasajeros. Todos compararon constantemente la tragedia de la isla del Giglio, en el mar Tirreno, con el hundimiento del lujoso transatlantico Titanic en abril de 1912, tras chocar con un iceberg en las costas de Terranova, Atlántico del Norte, causando la muerte de 1500 personas.

La magistratura de Grossetto abrió un expendiente por "desastre culposo" y el Capitán del crucero fue interrogado para entender lo que hasta ahora es inexplicable.

¿Cómo es posible que una nave con las tecnologías más sofisticadas haya colisionado contra un escollo en condiciones climáticas óptimas y con el mar tranquilo? ¿Por qué el Costa Concordia había desviado al menos cuatro millas marítimas su ruta obligatoria rumbo al puerto ligure de Savona y navegaba a sólo una milla de la isla del Giglio?

Algunos recuerdan que estas naves gigantescas a veces se acercan demasiado para que los turistas a bordo vean de cerca las islas y saluden a la gente. Los pasajeros y los tripulantes, que han perdido todas sus pertenencias en la nave naufragada, están recibiendo alimentos y ayuda de la Cruz Roja, organizaciones locales y la Proteccion Civil italiana en Puerto Santo Stefano y otros pueblos vecinos, donde los han alojado en varias escuelas. Los heridos han sido distribuidos en media docena de hospitales de Toscania.