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21 de noviembre de 2024
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Mujeres acampan frente a la casa de Kirchner en El Calafate
Son las "Madres del Monte", quienes apoyadas por Greenpeace acampan frente a la casa que el matrimonio presidencial posee en Santa Cruz
1 de febrero de 2007
Un grupo de mujeres damnificadas por los constantes desmontes y desalojos en el Norte de nuestro país se instaló este jueves frente a la residencia que el presidente Néstor Kirchner y su esposa, la senadora nacional Cristina Fernández, tienen en El Calafate para reclamar su directa intervención ante el avance de las topadoras.

"Vinimos hasta aquí porque sabemos que el presidente y su esposa pasan sus vacaciones en el verano en El Calafate y queríamos pedirle su apoyo y su compromiso, porque estamos a punto de perderlo todo y hasta ahora no hemos logrado que nadie nos escuche", sostuvo Elsa del Carmen Gerez, una de las mujeres que participa del reclamo.

Con el apoyo de Greenpeace, las mujeres, autodenominadas "Madres del Monte" e integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) viajaron más de 3500 kilómetros y, bajo la consigna "paren los desmontes, paren los desalojos", armaron un campamento frente a la residencia que tiene el matrimonio Kirchner en El Calafate esperando ser recibidas por el presidente y su esposa.

Las mujeres son oriundas de Algarrobal Viejo, un paraje ubicado en el límite entre Santiago del Estero y Salta; sus pobladores son muy humildes, viven del monte y crían animales (cerdos, gallinas y cabras).

Pero el pueblo está a punto de desaparecer debido a una solicitud de desmonte por 13.260 hectáreas, que estaría próxima a ser autorizada por la provincia de Salta a la empresa Rumbo Norte SA.

"Venimos hasta la casa del presidente porque perdemos la nuestra. Nosotras, las Madres del Monte, sin el bosque tenemos una vida sin futuro. ¿Adónde vamos a ir con nuestros hijos?", declaró Juana Rosario Arias, cocinera en la escuela del pueblo.

"La situación que se vive en Algarrobal Viejo es muy similar a la que viven muchísimos otros pueblos de nuestro país. Con los desmontes, cientos de campesinos e indígenas, tradicionales ocupantes de nuestros bosques, son desalojados por las topadoras, y muchas veces esto sucede con permiso de las provincias. Es por eso que necesitamos que de manera urgente se apruebe la Ley de Bosques", señaló Noemí Cruz, coordinadora en el NOA de Greenpeace.

La Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental del Bosque Nativo es apoyada por Greenpeace y varias organizaciones campesinas e indígenas y establece la moratoria a los desmontes hasta tanto las provincias realicen un ordenamiento territorial de los bosques nativos que garantice el uso sustentable de los mismos.

Además, la norma prohíbe explícitamente el otorgamiento de permisos de desmonte en zonas tradicionalmente habitadas. La ley fue aprobada a fin de año en general y será tratada artículo por artículo en las próximas sesiones extraordinarias de la Cámara de Diputados, según el decreto publicado hoy en el Boletín Oficial.

"Queremos transmitir este mensaje directamente al presidente para que entienda la gravedad del problema y convenza al bloque oficialista sobre la necesidad de sacar esta ley, para que no ocurre lo que ocurrió en diciembre, cuando por diferencias propias del kirchnerismo se frenó su votación en particular", expresó Cruz.