En las primeras testimoniales no se obtuvieron datos útiles para avanzar en la investigación. A dos meses del crimen nadie sabe quién la mató en Río Cuarto
La falta de rigor profesional, la confianza pueblerina y las internas entre los investigadores policiales, los fiscales y los abogados de la familia Macarrón, parecen seguir conspirando contra la posibilidad de determinar quién asesinó a Nora Dalmasso. Ahora se supo que, a 66 días del crimen, en la Justicia se decidió que los 200 testigos que tiene el caso hasta el momento vuelvan a declarar porque, entre otras cuestiones, sus testimonios están llenos de imprecisiones y datos incompletos.
"Hay cosas que se hicieron mal; por ejemplo, recién el viernes de la semana pasada declaró como testigo el padre Jorge Felizzia, un cura que estuvo en la escena del crimen por pedido de Marcelo Macarrón (el viudo de la mujer) y ese testimonio surgió después de que el domingo anterior Clarín publicara ese dato", admitió una fuente judicial.
El testimonio del cura puede ser un elemento importante en la investigación: según trascendió, Felizzia fue quien, en la tarde del domingo 26 de noviembre, se encargó de tapar el cadáver de Dalmasso, que estaba desnuda y estrangulada sobre la cama de la habitación de su hija.
También hay testigos que cuando le preguntaron dónde estuvo el día del crimen, respondieron simplemente "con José" o "con Juan", sin otra precisión. En la causa no figuran los apellidos de esas personas, como dando por sobreentendido de quién se trata. "Es que en Río Cuarto nos conocemos todos", alegan.
Ejemplos como esos, abundan en la causa. Por eso un ayudante fiscal fue desde Córdoba a Río Cuarto y comenzó a tomar nuevas declaraciones a los testigos, para ajustar datos y precisar nombres, horarios y situaciones.
"Hay testimoniales que apenas llegan a media carilla cuando se trata de testigos que podrían haber dado mucha más información", se quejó un investigador.
Según pudo saber Clarín por la fiscalía ya pasaron por segunda vez unas 150 personas, aunque muchas están de vacaciones.
Tirso Pereyra, abogado de Macarrón apoyó esto. Incluso fue más allá y pidió: "Los fiscales deben volver a interrogar a las amigas; ellas deben dar nombres y apodos de los supuestos amantes que dicen que tenía Nora".
En la noche del viernes 24 de noviembre, Dalmasso fue a cenar con seis amigas en el centro de Río Cuarto. Esa noche llovía y estaba fresco, y por Villa Golf —el exclusivo barrio donde vivía la mujer— no había nadie. Tras la cena, las siete amigas fueron hacia el chalé de Rosario Márquez, donde bebieron champán.
Cerca de las dos y media de la madrugada del sábado 25, Nora volvió a su casa en su VW Bora gris. Algunos testigos aseguraron ver llegar ese auto a una fiesta en el mismo barrio de Villa Golf. Incluso, una seña de luces hecha por Dalmasso, habría sido el aviso para que un hombre subiera al auto y se fuera con ella.
Ahora, con las nuevas testimoniales, la Policía y los fiscales Javier Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo, buscan ratificar o rectificar esos dichos.