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Los asesinos, casi todos libres
Salvo el ex policía Gustavo Prellezo, los otros demás seis condenados por el crimen de Cabezas recuperaron su libertad, mediante un fallo judicial que redujo sus condenas
25 de enero de 2007
En noviembre de 2003, seis de los condenados por el crimen de José Luis Cabezas fueron beneficiados por el Tribunal de Casación Penal bonaerense con la reducción de las penas a las que habían sido condenados en juicio oral, lo que les permitió a la mayoría de ellos salir en libertad.

La morigeración de las condenas favorecieron al jefe de la custodia del empresario Alfredo Yabrán, Gregorio Ríos; los ex oficiales de la policía bonaerense, Sergio Camaratta y Aníbal Luna; y los "horneros" José Luis Auge, Horacio Braga y Sergio
González.

Al año siguiente, comenzaron a recuperar la libertad. El único que sigue detenido en la Unidad 9 de La Plata, es el ex oficial de la policía bonerense, Gustavo Prellezo.
El beneficio fue resuelto por la Sala I de Casación, integrada por Carlos Natiello, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, al modificar el encuadre legal de la condena dictada por la Cámara Penal de Dolores el 2 de febrero de 2000.

Con la reducción de las penas y beneficiados por el sistema "dos por uno", mediante el cual a partir de los dos años de detención sin condena efectiva el tiempo en prisión se computa doble, los seis imputados fueron quedando en libertad.

Los mencionados condenados, junto al ex oficial principal Prellezo y al "hornero" Miguel Retana que murió de sida en prisión, fueron responsabilizados del crimen que conmocionó al país, ocurrido el 25 de enero de 1997 en una cava de General
Madariaga.

Tras la condena de los jueces dolorenses Raúl Pedro Begué, Jorge Luis Dupuy y Susana Miriam Darling Yaltone, las defensas apelaron a Casación, cuya Sala I resolvió cambiar la calificación legal de la causa y reducir la pena.

De esta manera la calificación de "sustracción de persona agravada por la muerte de la víctima, en concurso ideal con homicidio simple con dolo eventual" se convirtió en "privación ilegal con violencia en concurso real con homicidio".

Ríos fue condenado originalmente como "instigador" a estos delitos, pero luego la Casación lo consideró "partícipe primario", al igual que los policías de la costa, mientras que los ladrones de la localidad de Los Hornos fueron considerados "coautores".

De esta manera, Casación redujo la pena de prisión perpetua de Ríos, a 27 años, las de los "horneros" González y Braga, a 20, y la Auge a 18 años. Este último fue el primero en recuperar la libertad, en el 2004.

Además, las reclusiones perpetuas del ex oficial Sergio Camaratta y su par Aníbal Luna fueron reducidas a 25 y 24 años de prisión, respectivamente.

La única condena que no fue revisada por Casación fue la de Prellezo, ya que ese recurso fue rechazado en su momento por "extemporáneo" y la defensa recurrió, por ello, a la Suprema Corte de Justicia provincial, donde actualmente es evaluada su
situación procesal.

De acuerdo con lo determinado por la justicia, Yabrán se sintió "molesto" por la guardia periodística que le hacía Cabezas en su mansión de Pinamar y el cronista de Noticias Gabriel Michi, por lo que le ordenó a su jefe de seguridad, el ex militar Ríos, que "quite del medio a los periodistas molestos".

Fue así como Ríos le habría encargado a Prellezo, entonces jefe del destacamento de Valeria del Mar, que se ocupara del tema bajo la promesa de que sería recomendado para que Yabrán contrate sus servicios de alarma para todas sus propiedades, lo que le significaría una fortuna.

Este oficial había llevado una "bandita" de cuatro rateros de Los Hornos para robar en casas de fin de semana y, luego de trazar un plan junto a sus compañeros de la costa, Camaratta y Luna, les ordenó que secuestraran al fotógrafo.

El entonces jefe de la comisaría de Pinamar, Alberto Pedro "La liebre" Gómez habría entrado en escena al "marcar" a Cabezas para que lo reconozcan quienes debían capturarlo y, luego, habría orquestado la liberación de la zona mientras durara el secuestro.

La madrugada del domingo 25 de enero fue la elegida para el golpe y los cuatro "horneros" esperaron que Cabezas saliera de la fiesta de cumpleaños del empresario Oscar Andreani y cuando Luna les avisó que estaba todo bien lo "levantaron" en la puerta de su casa.

Tras amenazarlo con armas, Braga y González se subieron al Ford Fiesta de Cabezas llevándolo cautivo y fueron seguidos en un Dodge 1500 por Retana y Auge hasta una cava de un camino rural en el limítrofe partido de General Madariaga.

En el lugar los esperaba Prellezo y tal vez otros hombres que nunca fueron identificados y el grupo mató de dos balazos a Cabezas, introdujeron su cadáver en el Ford e incendiaron todo.

El comisario Gómez fue condenado a la pena de reclusión perpetua en un segundo juicio denominado Caso Cabezas II, tras probarse la liberación de la zona.