Se trata de la mayor cifra desde 2001 si se comparan los primeros 9 meses de cada año. Advierten que el modelo actual no resiste una dolarización a este ritmo
Aunque por lo bajo, los banco ya encienderon sus señales de alerta. Es que, durante septiembre, la dolarización de individuos y empresas volvió a superar ampliamente el piso de los u$s 3.000 millones, con lo que acumuló más de u$s 6.500 millones en el último bimestre. Las estimaciones revelan que, al menos durante los primeros nueve meses de este año, la fuga de capitales ya superó a la de igual período de 2008 y es, por lo tanto, la de mayor magnitud registrada desde el catastrófico 2001 hasta hoy.
Los banqueros advierten que el modelo económico actual no resiste una dolarización a este ritmo. "La caída en las reservas indica que, con este nivel de fuga de capitales, el ingreso de divisas que tenemos no alcanza", alertó un ejecutivo a El Cronista.
Sucede que el ahorrista minorista no parece haber quedó demasiado desalentado después de las últimas sobreactuaciones oficiales. La recorrida de los inspectores de la AFIP por la city, los mayores controles del Banco Central en el mercado de futuros y las ofertas masivas en el mercado cambiario lograron ponerle un freno a la demanda mayorista, pero poco fue lo que lograron mitigar en las ventanillas de sus sucursales. "El goteo minorista continúa fuerte. Las ventas en este segmento están bastante estables. No aflojaron significativamente, ni vimos una reducción importante", subrayó un analista.
Según las propias entidades, la compra de ahorristas representa diariamente al menos la mitad de la demanda de dólares en todo el mercado. Y es lo que explica, en parte, que el ritmo de dolarización siga siendo sostenido en el sistema.
En bancos y consultoras privadas estiman que, hasta el 23 de octubre próximo, la fuga podría sumar al menos otros u$s 2.000 millones. No sucederá tanto por el clásico nerviosismo preelectoral, como por la incertidumbre que se percibe en torno al rumbo que pueda tomar la economía desde entonces sobre las distorsiones que genera una pseudo convertibilidad a $ 4,24.
Para evitar una mayor depreciación del peso, el Banco Central debió convalidar tasas de interés más altas, cada semana, en las licitaciones de títulos de Lebac y Nobac. Además, la tasa de los depósitos a 30 días mayores al millón de pesos (la Badlar) se subió en los últimos días al 13,5% anual en los bancos privados.
Y en los contratos a futuro del Mercado Abierto Electrónico (MAE), esa tasa llegó al 14,6% para el vencimiento a tres meses; y a 15,5% para marzo de 2012. Es el costo que ya empezó a pagar la economía por una dolarización que no cede.