Cayó 2-0 con goles de Lucas y Neymar en el Superclásico de las Américas. La Selección de Sabella priorizó el orden defensivo y tuvo escaso ataque
Otra vez la alegría fue brasilera.
El seleccionado argentino de fútbol perdió rápido el invicto con la conducción de Alejandro Sabella al caer ante Brasil 2-0 en el Estadio Olímpico de Pará, en Belem, en el juego desquite por el Superclásico de las Américas.
Lucas, una de las figuras de la noche, a los 8 minutos del segundo tiempo, puso el 1-0 al resolver una réplica fulminante a máxima velocidad con un toque rasante y cruzado ante la salida de Agustín Orion, inmediatamente después de que el equipo la AFA jugara mal un córner favorable.
El gol decisivo lo aplicó Neymar al llegar antes que Emiliano Papa para recoger un centro procedente de la izquierda para volver a batir a Orion.
Eso ocurrió en el minuto 30. Se trató de la revancha del 0-0 con que concluyó hace dos semanas el juego de ida en el Estadio Mario Alberto Kempes, en Córdoba. Justamente, por suma de puntos, el conjunto que dirige Mano Menezes se quedó con el trofeo, y lo hizo en forma muy merecida.
Brasil tomó la iniciativa, pero Argentina lo esperó con un esquema de cinco defensores, tres mediocampistas muy pendientes de la contención, Walter Montillo como nexo y Lucas Viatri como delantero puro. Fue un esquema prudente y razonable el que empleó Sabella, dado que debutó como seleccionador albiceleste recién el 2 del corriente mes, cuando con los futbolistas radicados en Europa venció a Venezuela en Calcuta, la India.
Con el plantel principal Pachorra también logró imponerse ante Nigeria en Bangladesh. Pero estos dos compromisos por el Superclásico se afrontaron con jugadores radicados en el país, tan sólo con el aporte adicional de Pablo Guiñazú, Montillo y Mario Bolatti, y eso sucedió porque militan en clubes brasileños. Claro que Brasil también recurrió a sus jugadores locales, pero dos de ellos son estrellas de la magnitud de Ronaldinho y Neymar, y además Menezes está al frente de los verdeamarelhos desde que empezó el ciclo que tiene como meta el Mundial 2014.
Por eso en Belem el local atacó y Argentina ante todo procuró cortarle los circuitos creativos. Brasil ya funcionó mejor que su oponente en el capítulo inicial, pero las escenas de peligro contra la valla de Orion fueron mínimas.
A poco de comenzada la segunda etapa Argentina pudo haberse puesto en ventaja porque Viatri bajó un balón para la proyección de Agusto Fernández sobre la derecha, pero el disparo del pergaminense fue desviado al córner por Jefferson.
De ese córner mal jugado vino la réplica letal que le sirvió al local para colocarse 1-0 y a partir de entonces se abrieron los espacios. Con espacios disponibles las diferencias en favor de Brasil se hicieron notorias en el juego y en el resultado.