El cantante está dado de alta y sigue luchando. Perdió 14 kilos. Su recuperación es lenta y debe tomar mucho recaudos. Este proceso lo hace en su casa
La odisea para Luciano Pereyra no parece tener fin, tras el otro mes de internación que lo puso al borde de la vida y la muerte, pero como ya hizo en el pasado, salió adelante y ahora sigue su lucha desde su casa en Belgrano.
Esta semana, salió de paseo con su novia Male, y lució muy delgado, ya que perdió 14 kilos por su última intervención, pero se mostró firme en cuanto a su recuperación.
Luciano estuvo un mes internado enla Clínica San Camilo por un trastorno motor del esófago, y le realizaron una cirugía programada, que complementaba a las que le hicieron en 2010 por un divertículo.
Pero lo que parecía ser una intervención sin complicaciones, lo llevó nuevamente a vivir los peores días de su vida: en el posoperatorio sufrió una neumonía con derrame paraneumónico que se drenó y requirió antibioticoterapia.
En el medio, las versiones de una enfermedad terminal rodaban por los pasillos, hasta que finalmente el cantante recibió el alta el 4 de septiembre.
"Gracias por tu preocupación, por tu apoyo y por tus oraciones. Por todo eso, hoy duermo en mi cama jaja. De corazón, gracias", escribió en su Twitter una vez que abandonó el sanatorio.
Ahora la batalla continúa afuera, que incluye ir recuperando peso y seguir un estricto tratamiento. "Me siento bien. Me estoy recuperando de a poco. Necesito tiempo", le dijo Luciano a un fotógrafo de Caras.
Mientras tanto se refugia en la compañía de su familia, de su novia y hasta de su perrito Tango, que lo sigue a todos lados.