Fue el 8 de septiembre, a la noche. Dos días antes de enfrentar a Defensa y Justicia. El plantel de River se juntó a cenar en una pizzería del barrio de Belgrano, pero el encuentro no sólo habría tenido como objetivo comer unas grandes de muzzarella: al parecer, todo terminó en una “fiestita” con varias mujeres, lo que desató un conflicto interno en el club.

Cuando los jugadores terminaron de comer, los más grandes le mostraron a los más chicos la puerta de salida. “Ya son las 12 y media de la noche, mañana hay que entrenar; dale que esto ya se terminó. Nosotros nos quedamos un ratito más y enseguida rajamos, pero ustedes vayan yendo a sus casas”, retumbó en el salón de la pizzería El As de Espadas, según informa el Diario Libre.

Pero, cuando los juveniles se fueron, una furgoneta blanca hizo su aparición en la puerta del local, que estaba reservado exclusivamente para el plantel millonario. Una diez mujeres bajaron del vehículo e ingresaron al lugar. La “fiesta” duró unas cuatro horas, prolongándose hasta las 2 de la mañana. ¿Los testigos? Los encargados de la pizzería y algunos hinchas de River que comían en una parrilla que está enfrente.

Según Libre, los más chicos luego se enteraron y se quejaron porque se sintieron “boludeados”. Hubo roces verbales y el grupo quedó dividido. Matías Almeyda estaría al tanto de la situación, al igual que Daniel Passarella, que se enteró por el llamado de una de las chicas y que hasta ahora no sancionó a nadie para que el escándalo no trascendiera.