Frenar la especulación en las materias primas y los paraísos fiscales, de cara a la reunión del G-20 en Cannes, fueron los temas más importantes en los 45 minutos de audiencia que Nicolás Sarkozy, presidnete de Francia le cedió a su par de Argentina, Cristina Kirchner, este miércoles, en el marco de su visita privada de tres días a París.

Según informó el propio canciller Héctor Timermam, también el mandatario francés expresó un agradecimiento por la "rápida investigación" del crimen de las dos estudiantes francesa en Salta, aunque evitaron hablar de la deuda del Club de París no fue mencionada. Cristina Kirchner aterrizó en el Eliseo puntualmente, junto al canciller Héctor Timerman y su secretario legal y técnico, Carlos Zanini.

Tostado, camisa celeste y traje azul, Sarkozy la esperaba en las escalinatas mientras la banda de honor de la Guardia Republicana iniciaba su recibimiento. Los altísimos tacones de Cristina hacían aparecer aun más bajo al presidente francés, que volvió a mostrar su maestría mediática.

Bajo sombrillas blancas en el ondulante jardín del palacio y café de por medio, se sentaron junto al presidente tres de sus más influyentes hombres: Jean David Levite, diplomático de su confianza y "desminador" oficial; Henry Guaino, polémico asesor y redactor de sus discursos, más el diplomático Damian Lauras.

Probablemente impresionado por el negro profundo del vestuario de Cristina, Sarkozy recordó la gestión de Néstor Kirchner y cuánto lo había conmovido su muerte, contó el canciller Timerman.

La Presidenta le entregó a Sarkozy la misma carpeta que antes le había dado, durante su encuentro, a la familia Bouvier, cuya hija fue asesinada en Salta. Según el canciller Timerman, que actúo como vocero, Sarkozy dijo que la resolución del caso rápidamente había "fortalecido la credibilidad argentina" y que el crimen "podría haber sucedido en cualquier otro lugar porque hay bestias en cualquier lugar del mundo".

El G-20 y una cooperación franco-argentina en una propuesta contra la especulación en las materias primas fue del encuentro, junto a un análisis de la crisis del euro. "El problema está en la especulación y no en los precios", habría repetido el presidente Sarkozy durante la reunión, según la minuta del canciller Timerman. La versión argentina cuenta que Sarkozy dijo que "compartimos la preocupación argentina sobre los capitales especulativos en materias primas". Timerman dijo que la Presidenta remarcó "la necesidad de volcar más recursos a la economía real y evitar la especulación". Cristina volvió a un tema que la obsesiona: "para que esas políticas sean eficientes deben ir acompañadas de una acción coordinada contra los paraísos fiscales". Sarkozy habría sugerido un trabajo conjunto sobre el tema para el G-20.

Francia tiene otra versión. Según fuentes del Eliseo, la Argentina "entendió" que "la idea de Francia no es imponer precios sino evitar la especulación".

Francia quiere "asociar" a la Argentina en la "regulación" de la economía y Kirchner se mostró entusiasmada en la aplicación de una tasa a las transacciones financieras.

Sarkozy preguntó a la presidenta Kirchner sobre la recuperación argentina y Cristina se pronunció contra los ajustes, afirmando que hay que incrementar el consumo frente a esta crisis. Según el canciller, Sarkozy dijo que "Cristina Kirchner es una líder política" y alabó el crecimiento argentino.

Fuentes de la presidencia francesa relataron que Cristina Kirchner, en una audiencia de 45 minutos, "recordó la experiencia argentina tras la crisis financiera del 2001 y evocó soluciones a las que recurrió su país para salir adelante".

Horas antes de la videoconferencia con Merkel y Papendreu, Sarkozy le explicó a Cristina que la crisis griega "es diferente a la de la Argentina", según fuentes del Eliseo. "La solución se basa en la solidaridad en la zona euro".

"No habrá quiebra en Grecia. Los planes de ayuda adoptados por Europa deben ser rápidamente aprobados y Grecia debe respetar sus compromisos", dijo el jefe de estado francés a su colega argentina, según fuentes francesas.

El presidente Sarkozy acompañó a la Presidenta hasta la puerta y le señaló el camino hacia la prensa. Cristina Kirchner prefirió dirigirse rápidamente a su auto, saludar a los fotógrafos con la mano, y partir muda, con la música de fondo de despedida de la Guardia Republicana. De allí al hotel, después la UNESCO al premio que iban a recibir las abuelas de Plaza de Mayo y a la noche, a Buenos Aires en su charter ejecutivo especialmente contratado, junto a su hija Florencia y el secretario Carlos Zanini.