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Obama lanza megaplan contra el desempleo
El presidente estadounidense presentó ante el Congreso un plan de lucha contra el desempleo que costaría unos 447.000 millones de dólares
8 de septiembre de 2011
En medio de una jugada desesperada, el presidente estadounidense Barack Obama pidió al Congreso que termine con el "circo" del enfrentamiento político y que apruebe inmediatamente un ambicioso plan de lucha contra el desempleo con un coste de unos 447.000 millones de dólares.

"Envío a este Congreso un plan que debería adoptar inmediatamente", dijo Obama ante un parlamento dividido, en el que los republicanos guardaron silencio durante la mayor parte de su discurso y los demócratas aplaudieron enfervorizadamente.

Recortes de impuestos para los trabajadores y empresarios, inversiones en infraestructura y la recontratación de maestros y policías, así como la creación de un banco de obras públicas, integran ese plan, que de antemano fue recibido con hostilidad por la oposición.

"La gente de este país trabaja duro para enfrentar sus responsabilidades. La cuestión esta noche es si nosotros vamos a enfrentarnos a las nuestras. La cuestión es si, ante esta crisis nacional que estamos viviendo, podemos acabar con el circo político", dijo Obama.

El presidente advirtió que está dispuesto a viajar por todo el país para defender sus puntos de vista sobre cómo salir de la crisis, y pidió a los estadounidenses que exijan acción a sus congresistas.

El discurso, televisado a toda la nación, supone la quinta vez que Obama acude a hablar al Congreso, con la mente puesta en las elecciones para las cuales es candidato, dentro de 14 meses.

"El objetivo de la Ley de Trabajo Estadounidense es simple: poner a más gente a trabajar y más dinero en el bolsillo de los que están trabajando", explicó.

El desempleo es la principal preocupación del ciudadano medio en Estados Unidos. La tasa actual es del 9,1% y no da signos de bajar a pesar de un gran plan de estímulo económico lanzado en 2009 y sucesivos recortes de impuestos.

La popularidad de Obama ha ido bajando paulatinamente en los últimos meses, a medida que las noticias económicas confirmaban que Estados Unidos no despega.

El Partido Republicano ya calienta motores para retarlo con varios aspirantes a la candidatura que están delineando sus propias propuestas.

Los republicanos, que dominan la Cámara de Representantes, han conseguido en los últimos meses rebatir las iniciativas económicas del gobierno advirtiendo que representan más déficit público.

El punto central del plan para impulsar el empleo prevé una reducción a la mitad de la actual tasa de impuesto sobre las cotizaciones patronales y de los trabajadores sobre los salarios para 2012.

Eso representaría un recorte de ingresos para el Estado de 240.000 millones de dólares.

El plan propone luego 140.000 millones en recontratación de profesores y personal de servicios de socorro, y finalmente una extensión de las ayudas y programas para los desempleados por otros 62.000 millones de dólares.

Según una encuesta conjunta del diario The Washington Post y de la cadena ABC News publicada el martes, 53% de los encuestados considera de forma negativa el trabajo de Obama y 77% cree que el país "no va por el buen camino".

La estrategia del presidente es un plan de largo calado, con un claro protagonismo del Estado, de forma que si es rechazado por razones de austeridad, acabe dañando las opciones electorales de los propios republicanos.

"Nuestro punto de vista es que tenemos que ir en una dirección absolutamente diferente, en una dirección que tranquilice al sector privado", explicó el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.

"No es mal tipo, simplemente no tiene idea de lo que se debe hacer", dijo de Obama el ex gobernador republicano Mitt Romney, uno de los aspirantes a la candidatura presidencial de su partido.