Lo advirtió el piloto del avión que se estrelló en Río Negro, 4 días antes de la tragedia. "En cualquier momento se pegan un palo", le había dicho a su familia
"Estos últimos dos aviones me dan miedo. En cualquier momento se pegan un palo. Falta fijar la fecha y hora, nada más. Espero no ser yo quien esté ahí ", le había dicho el sábado 14 de mayo, Juan Raffo (45) a su mamá y a su esposa Marcela, sobre el avión que cuatro días después se estrellaba en Río Negro. Su presagio se había cumplido, aunque su deseo de no ser él el que piloteba la nave quedaría en un triste recuerdo ya que el piloto de Sol Líneas Aéreas que volaba de Neuquén a Comodoro Rivadavia murió al estrellarse la aeronave Saab 340 A en el paraje rionegrino Prahuaniyeu. Esa noche, fallecieron los tres tripulantes y 19 pasajeros, entre ellos, un bebé de sólo diez meses.
La Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC), dependiente de la Secretaría de Transporte, emitió un informe preliminar en el que sostiene que los pilotos cayeron en un "exceso de confianza" , sumado a una alta probabilidad de engelamiento severo (la formación de hielo en alas, hélices o antenas que puede afectra la aerodinámica).
Ayer hubo duros cuestionamientos al informe (ver "Los puntos..." ). El hermano del piloto, Víctor Raffo lo calificó de "payasada". "Una semana después de que denunciáramos que había restos humanos y del avión enterrados en el lugar del accidente, sacan está payasada. La verdadera causa de engelamiento severo es ridículo, porque si la acumulación de hielo fuera un problema, tendríamos muchos aviones caídos".
Raffo le contó a Clarín que "cuatro días antes de la tragedia, mi hermano le dijo a mi madre y a su esposa que los últimos dos aviones estaban en reparaciones constantemente y que eran un peligro ". Y destacó que su hermano "tenía 2.400 horas de vuelo en los Saab 340 A" y que el informe de la JIAAC "no se puede hacer sin elementos sensibles que encontramos en una fosa. Allí había dos luces de alarma: una de puertas que indica cualquier anomalía con respecto al cierre y otra de avionics, que advierte una discrepancia en la indicación de los instrumentos".
Marcela, la esposa del piloto muerto, le dijo a su cuñado que "en Sol había cuatro aviones y a principios de 2010 llegaron estos dos; que Juan decía que eran malos, que estaban siempre en mantenimiento y que no servían para este tipo de vuelos, porque eran viajes muy largos ".
El trágico vuelo de Sol se inició en Rosario y el destino final era Comodoro Rivadavia; con escalas en Córdoba, Mendoza y Neuquén. El trayecto total tenía seis horas de vuelo. Raffo se había quejado ante sus familiares que "el Saab 340 A no es apto para distancias tan largas", ya que entre Neuquén y Comodoro Rivadavia el tiempo de vuelo era dos horas. "El combustible para un vuelo se calcula en base a la distancia a cubrir y el peso a transportar. Si tenés carga completa de pasaje, seguro tenés la bodega completa de equipaje. Y el Saab 340 A no puede soportar satisfactoriamente ese peso durante dos horas", les explicaba.
El informe también fue criticado por Analía Fontán, hermana de Jésica (25), la azafata del vuelo trágico. "La ruta es un ojo ciego, no tienen ni visión ni comunicación. El piloto intentó aterrizar y no pudo porque no veían nada. Tenía una falla en el avión y estaban en un lugar en el que iban derecho a la muerte", comenta. Dice que a investigación estuvo "mal hecha desde el principio" y revela que el 6 de agosto, durante el velatorio de su hermana, ya le habían anticipado que las culpas apuntarían a los pilotos. "Están echándole la culpa a él (por Raffo) y no hablan de que todavía hay restos por reconocer. Un duelo de tres meses y ahora le tenemos que agregar más dolor", plantea antes de concluir que "todo el mundo abandonó" a las 22 familias de la tragedia.