Mustafa Abdel Jalill, presidente del Consejo de Transición Libio, ha pedido que los rebeldes no realicen actos de venganza.

Jalil dijo también que estaba preocupado por los actos de venganza que estaban llevando a cabo los rebeldes.
Afirmó que conocía a los líderes de los grupos armados, pero que "algunas de las acciones de sus seguidores" lo intranquilizaban.

El órgano político de los rebeldes, que Occidente ha reconocido como el único y legítimo interlocutor válido del país, ha ofrecido una rueda de prensa desde Bengasi, bastión de la insurgencia, mientras los rebeldes avanzaban dentro de Trípoli para hacerse con el poder.

"Dios ha decidido que el fin de Khadafi debía estar en las manos de estos jóvenes [rebeldes] para que así formaran parte de la Primavera Árabe. Ahora veo con toda la transparencia que la era de Khadafi está acabada" afirmó Jibril.
"Los libios deben saber que el período entrante no será una cama de rosas. Enfrentamos varios desafíos y responsabilidades, comenzando con la atención a los heridos y a la unión de manos".

Afirmó que en lo que a él respecta, Khadafi tendrá un juicio justo, aunque indicó: "no tengo ni idea de cómo se defenderá de todos los crímenes que ha cometido contra el pueblo de Libia y el mundo".

Jalill anunció que la nueva Libia será una nación islámica moderada que respetará la humanidad y los derechos humanos". Pidió, además, tolerancia, paciencia y perdón, y a los rebeldes que no tomaran la ley en sus propias manos e hicieran justicia por su cuenta.
También pidió a los libios de proteger la vida y las propiedades de los demás, y de evitar, insistió, que cada uno ejerciera "justicia" por su cuenta.

Al Baghdadi Ali al-Mahmoud, el primer ministro del Gobierno de Muammar Khadafi, ha huido a Túnez, así como el director de la televisión estatal, según la agencia Reuters. Según una agencia citada por este medio, el primer ministro habría ido a parar a un hotel de la isla Djerba.