Tras la amplia derrota del 14 de agosto la oposición está en estado de ebullición.

El titular de la UCR, Ernesto Sanz, y los jefes de la bancada radical en el Senado, Gerardo Morales, y en Diputados, Ricardo Gil Lavedra, salieron a plantear cuál será la estrategia del partido de cara a las elecciones generales del 23 de octubre.

Sanz hizo hincapié en la necesidad de mantener un Congreso "equilibrado" y habló sobre el "peligro institucional" que representaría un triunfo holgado del oficialismo en los comicios presidenciales.

"De persistir la tendencia que se verificó en las primarias, estaríamos ante un grave peligro institucional, que sería un desequilibrio de poder en la Argentina. Esto lo vivimos hace no demasiado tiempo: en el proceso posterior a la elección legislativa de 2009, [antes del recambio de legisladores] cuando el Gobierno, con una mayoría absoluta, avanzó y logró muchas leyes, perjudiciales algunas de ellas, para el conjunto de la sociedad", acusó.

En ese sentido, el ex precandidato presidencial radical aseguró que la agrupación trabajará para que "exista un equilibrio en la Argentina". "Merecen especial atención las listas de diputados y senadores. No todas las propuestas son iguales. La UCR acredita una posición inalterable en el Parlamento. No todas las fuerzas pueden decir lo mismo, porque llevan legisladores que han votado con el oficialismo", apuntó.

De este modo, el partido centenario centró de lleno sus expectativas en la elección legislativa dando por hecho que es prácticamente imposible aspirar a pelear la Presidencia de la Nación con el oficialismo. Es más, el candidato de la alianza en la que participa la UCR, Ricardo Alfonsín, no estuvo en la conferencia de prensa, por motivos que no pudieron ser clarificados por los oradores.

Pese a ello, el senador nacional ratificó que la fórmula presidencial de la Unión para el Desarrollo Social será presentada en los comicios del 23 de octubre. "La UCR es un partido nacional y va a competir para mantener la representación en todos los distritos del país", argumentó.

Al preguntársele sobre su autocrítica respecto a la elección hecha por Alfonsín en las pasadas primarias, en las que no superó el 12% de los votos, Sanz explicó: "La autocrítica tiene que ver con problemas de comunicación, de no llegada al conjunto de la sociedad. Pero son absolutamente reversibles".

Sanz recurrió a las matemáticas para mantener el optimismo de cara a octubre: "Hay siete millones de argentinos que el domingo pasado no votaron, hay otros diez millones que no votaron al oficialismo que necesitan ser liderados por una fuerza que los represente. También vamos a dirigirnos a los diez millones que votaron al oficialismo pero que quieren un poder equilibrado más allá de su apoyo al Gobierno".