Benedicto XVI reclamó más ética económica ante la crisis y respeto a la identidad cristiana, al participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) católica
"El hombre debe estar en el centro de la economía, y esta no debe medirse únicamente por la maximización de beneficios, sino por el bien común", dijo el Sumo Pontífice a los periodistas que viajaron con él en el avión que lo trasladó a Madrid.
"Se dice que la economía no funciona debido a las reglas de mercado, pero la economía necesita una razón ética para funcionar", agregó, en línea con los reclamos del popular movimiento de los "indignados", que exige un sistema más justo y acabar con la especulación y la "dictadura financiera" que se rigen por el interés.
El Papa aterrizó este mediodía en el aeropuerto madrileño de Barajas, donde fue recibido con todos los honores por los reyes Juan Carlos y Sofía, el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, otras autoridades y por miles de jóvenes católicos.
En su primer discurso, que pronunció en castellano, evitó referirse directamente a los incidentes ocurridos en la noche del miércoles entre laicos y católicos que precedieron su visita, pero exigió respeto a la identidad cristiana y denunció una persecución contra los jóvenes creyentes de esa religión.
"No pocos (jóvenes) por causa de su fe en Cristo sufren en sí mismos la discriminación", sostuvo. "Se los acosa queriendo apartarlos de él, privándolos de los signos de su presencia en la vida pública", añadió.
Horas antes de su arribo a España, miles de personas salieron a la calle en Madrid para repudiar que el Estado gaste millones de euros en la visita papal mientras el país enfrenta una severa crisis financiera y el gobierno socialista se apresta a aprobar nuevos planes de ajuste económico.
La protesta derivó en un choque con la policía -que se saldó con ocho detenidos y once heridos leves-, después de que los manifestantes laicos se enfrentaron verbalmente en la Puerta del Sol con un grupo de jóvenes católicos que asisten a la Jornada Mundial de la Juventud, organizada por la Iglesia Católica y que se celebrará hasta el domingo en Madrid.
Los manifestantes anticlericales corearon consignas contra el Papa alemán, a quien algunos llegaron a llamar "nazi" y lanzaron insultos contra los peregrinos católicos llamándolos "terroristas" y "fascistas".
El ambiente ya estaba enrarecido antes de la manifestación por la detención -el martes- de un fundamentalista cristiano acusado de planear un atentado contra la marcha de repudio.
Se trata de un estudiante mexicano, de 24 años, quien hoy fue puesto en libertad tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, que todo había sido una "broma" y que las amenazas que lanzó en los foros de internet sólo pretendían evitar que más personas se unieran a la marcha contra el Papa, informaron a Télam fuentes judiciales.
El magistrado consideró que el joven, identificado como José Pérez Bautista, podría haber incurrido en un delito de "amenazas dirigidas a atemorizar a los habitantes de una población, grupo étnico, cultural, religioso o colectivo social".
A pesar de que las amenazas fueron calificadas de "graves", el juez no atribuye, por el momento, una finalidad terrorista.
La visita papal, a pesar de que es confesional, adquirió un claro carácter político por el contexto de crisis económica y descomposición social en el que se lleva a cabo.
Pero también por la misión de "re evangelización" que se propuso Benedicto XVI en este país de fuerte tradición católica pero que sucumbió ante el "avance agresivo del laicismo" del gobierno socialista español, denunciado por el Papa en su anterior visita a Santiago de Compostela y Barcelona hace menos de un año.
Durante su mandato, Zapatero impulsó el matrimonio homosexual y una nueva ley contra el aborto -rechazada por el Vaticano- que derivó en un duro enfrentamiento con la jerarquía eclesiástica española.
Antes de la protesta contra la visita papal, el portavoz de la Conferencia Episcopal española, Juan Antonio Martínez Camino, llamó "parásitos" a las organizaciones laicas, a las que ahora acusa de haber actuado con "agresividad" contra los peregrinos.
"Una parte de la jerarquía católica actúa con soberbia, y algunas declaraciones sólo generan odio y pueden incitar actos violentos de grupos fundamentalistas católicos", advirtió la asociación Europa Laica.
Esta organización consideró "escandaloso" y "violento" que el Estado contribuya con 25 millones de euros a la visita, que recibe también otros tantos millones en exenciones fiscales a las empresas que aportan dinero a la organización de la JMJ.
Después de recorrer Madrid en el Papamóvil, Benedicto XVI ingresó a la sede de la Nunciatura de Madrid, donde se alojará hasta el domingo, y sólo tiene previsto participar del acto de bienvenida a la capital española junto con miles de jóvenes de todo el mundo.