Su abogado dijo que sufre alucinaciones y lagunas mentales. La someterán a un examen psiquiátrico. La ex presidenta tiene 75 años y serios problemas de tiroides
María Estela Martínez de Perón será sometida a un examen psiquiátrico para determinar si las ausencias y la fragilidad mental que exhibió ante el juez español son reales o "una simulación" para complicar su posible extradición a nuestro país.
La salud de la ex presidenta podría ser utilizada como un eventual argumento de defensa debido a que en los próximos meses la madrileña Audiencia Nacional deberá decidir si procede o no a la extradición que pide el juez federal de Mendoza, Raúl Acosta, quien la acusa de actos de represión ilegal.
"Por momentos se la vio perdida, como si no entendiera todo", dijeron quienes siguieron el trámite por el que, en la fría noche del viernes, el juez de turno Juan del Olmo le notificó su situación.
"Parecía una persona que no está en sí misma todo el tiempo", fue otra de las expresiones.
La ex presidenta se encargó de hacerlo más explícito. Aseguró en el juzgado que padece "problemas psiquiátricos", con síntomas como ausencias y "alucinaciones" -tal el término que se le atribuyó- y que está medicada expresamente al respecto.
Todo ello será materia, entonces, de un peritaje psiquiátrico cuyos alcances superan por completo el breve examen médico de rigor que se le realizó en el juzgado, como trámite de forma en el expediente.
María Estela pasó también por lo que suelen pasar los detenidos: se le entintaron todos los dedos para registrar sus impresiones digitales y fue colocada de frente y de perfil para sacarle la foto de la ficha con el número de su carpeta judicial.
Sobre María Estela Martínez -"Isabelita", como la llamaba su marido, el fallecido Juan Perón- pende un reclamo de la justicia argentina que la acusa por "actos de represión ilegal" durante su gobierno. Mientras se dirime qué pasa con ella, la justicia española la dejó en libertad provisional.