El 6 de agosto de 1991 se lanzó la primera página web de la historia y nadie imaginó que la humanidad estaba ante una revolución que cambiaría la vida de millones de personas
Hace dos décadas se creó la pagina página web para internet sin que su creador, un investigador científico, tuviera real dimensión del nuvo que se abriría la mundo 20 años después.
El 6 de agosto de 1991, Tim Berners-Lee, quien dos años antes había inventado Internet, fue la primera persona en lanzar la primera página web de la historia, sin siquiera imaginarse que estaba ante un recurso que le cambiaría la vida a millones de personas y con el cual millones de instituciones, organizaciones, gobiernos, empresas y personas se dan a conocer en todo el globo.
Ese día, en las instalaciones de la Organización Europeapara la Investigación Nuclear(CERN), el entonces desconocido Berners-Lee, publicó una página simple en la dirección http://www.w3.org/History/19921103-hypertext/hypertext/WWW/TheProject.html para lo cual usó un servidor NeXT -fabricado por la empresa del mismo nombre, creada por Stevw Jobs.
El contenido de la página era el propio proyecto WWW, con detalles técnicos sobre el hipertexto, cómo crear nuevas páginas, cómo en el futuro se podría buscar información en la Web, preguntas frecuentes, un listado de las personas involucradas en el proyecto y la forma como los interesados podrían colaborar.
Es decir, en 20 años se pasó de una muy básica página de Internet, con algunos hipervínculos y con muy poco recursos, a los portales que incluyen, imágenes, textos, videos, sonidos e incluso transmisiones de televisión en vivo y en directo desde la comodidad del hogar sin la necesidad de contar con servicio de cable.
Aunque esta página era pública, solo quienes tenían un navegador web y conocían su dirección podían acceder a ella: Tim Berners-Lee, su equipo de trabajo, los colegas del CERN y unos pocos visitantes externos.
Pero desde entonces empezaron a surgir instalaciones de servidores web, y en 1993, cuando apareció el navegador Mosaic, la Web despertó, y de paso, la propia Internet, que hasta entonces era una red difícil de usar y estaba solo al alcance de gobiernos y universidades.