El presidente norteamericano se emocionó ante los padres de un héroe de guerra muerto en combate en Irak. El riesgo de un nuevo Vietnam
A George W. Bush se le escaparon unas lágrimas cuando presentó a los padres de un marine la Medalla de Honor de su hijo muerto en Irak, cuando salvó la vida de varios compañeros de combate.
El soldado Jason Dunham se arrojó sobre una granada antes de que explotara para cubrir a los demás que se encontraban allí, evitando que sufrieran heridas que pudieran matarlos. Y la vida que se apagó fue la suya.
Esta es la segunda Medalla de Honor que se dio a un combatiente durante el conflicto en Irak, según consignó la cadena de noticias Sky.
"En un árido camino de Irak, el capitán Dunham dio su propia vida para que hombres bajo su mando vivieran", dijo Bush en un acto en la Casa Blanca, visiblemente emocionado por el heroísmo del joven de sólo 22 años. El hecho ocurrió en abril de 2004.