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21 de noviembre de 2024
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Un contrato con contador de Schoklender complica a Bonafini
La Justicia investiga un documento que revelaría un negocio en el que Madres compraba casas terminadas a Meldorek, pero que eran financiadas por el Gobierno
3 de agosto de 2011
La Justicia halló en las últimas horas un contrato firmado por el contador de Sergio Schoklender y Hebe de Bonafini, que complica la situación judicial de la presidente de la fundación Madres de Plaza de Mayo. El documento revela un negocio en el que las Madres compraban las viviendas terminadas a Meldorek, viviendas que eran financiadas por el Estado nacional.

La situación se agrava debido a las irregularidades que presenta el contrato: la constructora de Schoklender tenía apenas ocho empleados y casi ningún capital mientras que los obreros eran contratados por la Fundación y los paneles para las casas también eran importados -y luego fabricados- por la organización. Lo que intenta dilucidar la Justicia es por qué Madres le pagaba a una sociedad que no tenía equipamiento ni personal, si la Fundación tenía todo lo necesario para construir las vivendas.

Por eso, y a partir de un hallazgo del fiscal antilavado Raúl Pleé, el fiscal del caso, Jorge Di Lello, pidió ayer una serie de medidas. En un escrito enviado al juez Norberto Oyarbide, dijo que "a través de la investigación de la UFI se han podido constatar diferentes irregularidades en la contratación que había suscripto Hebe de Bonafini en representación dela Fundacióny Alejandro Gotkin en nombre de Meldorek".

Según informa el diario Clarín, Di Lello solicitó a Oyarbide que convoque a la Policía Federal para que protocolice los sitios de Internet donde hay constancia de que la fábrica italiana que proveía los paneles para las viviendas, lo hacía directamente con las Madres y no con Meldorek. En esa búsqueda también requirió que la AFIP identifique el origen de las maquinarias usadas para el funcionamiento de la planta de construcción en Pedro de Mendoza 3285 donde las Madres empezaron a realizar los paneles con producción propia.

El fiscal quiere saber también a nombre de qué destinatario llegaron esas maquinarias. Para cerrar ese círculo, pidió que la Aduana informe el registro de importaciones hechas por la Fundación, la Asociación Rebeldía y Esperanza, y "Sueños Compartidos".

Alejandro Gotkin figura como presidente de la empresa Meldorek, que pertenece a Sergio Schoklender. Además, se confirmó que cobraba un sueldo de la Fundación Madres, y que posee una millonaria cuenta bancaria que aún no había sido identificada por la Justicia.