Lo afirmó en referencia al pedido de captura de Isabel Perón. El presidente cree que la Justicia deberá definir si hubo terrorismo de Estado previo al golpe del 76
"Nosotros queremos reconciliación, pero con verdad y sin impunidad. Por eso hay que conocer la verdad, sea cual sea. Y no puede haber impunidad para nadie", dijo el presidente Néstor Kirchner tras conocer el pedido de captura de Isabel Perón.
El Presidente declinó opinar sobre la resolución del magistrado mendocino que mandó detener a Isabel. "Es una decisión de la Justicia y a mí no me corresponde hablar de eso", sostuvo, en un ejercicio muy oportuno acerca de la división de poderes.
Descartó intencionalidad política en esa investigación judicial, tanto como en la que el juez Norberto Oyarbide lleva adelante respecto de la Triple A. Pero dijo: "Si alguien piensa que con esto puede frenar los juicios por violaciones a los derechos humanos en la dictadura, se equivoca totalmente".
Y señaló, para completar su parábola de diferenciación con la postura sostenida hasta ahora por el peronismo, que "si los jueces entienden que hubo terrorismo de Estado desde antes del golpe militar de 1976, sus responsables también deberán ser juzgados".
En diálogo con Clarín, Kirchner aventó el temor surgido entre sus colaboradores, en el sentido que de las investigaciones sobre los crímenes cometidos al amparo estatal tras la muerte de Juan Perón, pudieran servir como discurso legitimador del golpe militar de marzo de 1976 y el terrorismo de Estado implantado desde entonces.
Para el Presidente, las investigaciones sobre el sangriento final de aquel gobierno peronista, más de 30 años después de ocurridos los hechos, son consecuencia de su política de derechos humanos. No pareció contrariado por ello, sino muy satisfecho.
Admitió que Isabel Perón podía no tener aptitud para controlar las acciones criminales de la Triple A, que lideraba su ministro más poderoso, José López Rega. Aunque aseguró que las responsabilidades institucionales "nunca pueden ser eludidas".
Tampoco criticó a Raúl Alfonsín por no haber incluido estos hechos en los juicios iniciados al volver la democracia. "Era otro momento histórico, Alfonsín necesitaba de un mínimo apoyo del peronismo", explicó.
En ese tramo de la conversación, Kirchner se explayó sobre algo que hasta ahora estaba reservado a sus allegados: "Yo estuve detenido dos veces cuando Isabel era presidente", contó.
El Presidente mencionó entonces las detenciones sufridas en octubre de 1974, cuando fue intervenida Santa Cruz, hasta entonces gobernada por Jorge Cepernic, un peronista histórico vinculado a la Tendencia Revolucionaria de aquellos años; y en enero de 1976, cuando la provincia ya se hallaba bajo control del Quinto Cuerpo de Ejército.
También mencionó Kirchner una tercera detención, ya conocida: fue en 1977, durante la dictadura militar. El entonces joven abogado fue apresado en Río Gallegos y pasó dos días en la cárcel, donde fue interrogado.