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Director del Banco Santander pide pacto público-privado
Dijo que Latinoamérica "aprovechará su oportunidad si los gobiernos y las entidades financieras son capaces de satisfacer demandas reales" de sus ciudadanos
4 de julio de 2011
El Consejero y Director General de la División América de Banco Santander, Francisco Luzón, pidió hoy una alianza público privada para que Latinoamérica avance en el desarrollo de sus sistemas financieros y sus mercados internos de capitales y pueda mantener la actual fase de crecimiento a medio y largo plazo.

"Si los Gobiernos y las entidades financieras somos capaces de aumentar la profundidad y equilibrio de la intermediación financiera del continente, satisfaciendo las necesidades reales de ahorradores e inversores, la contrapartida será una fase de expansión económica apoyada en un mayor ahorro y en una mayor inversión. Si eso ocurre, Latinoamérica habrá aprovechado su oportunidad", aseguró.

Luzón, que participó en el X Encuentro Santander-América Latina, organizado por Banco Santander y la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP), centró su exposición en lo que denominó una "Alianza financiera por el desarrollo sostenible de Latinoamérica: La bancarización responsable".

En su opinión, Latinoamérica, inmersa en la segunda fase de la globalización de la economía mundial, vive un "momento dulce", con una expansión de sus clases medias emergentes, pero para aprovecharlo es necesario un firme compromiso por parte de los Gobiernos, los bancos y otras instituciones para conseguir que "la cobertura, profundidad y sofisticación de nuestra intermediación financiera converja a la que tienen países con los que competimos y beneficie a los ciudadanos, las empresas y la sociedad en general". "Hay que llevar el ahorro y el capital desde el pasado al futuro. Desde la Latinoamérica del siglo XX a la Latinoamérica del siglo XXI", resumió.

El máximo responsable de la División América repasó los retos pendientes del continente, que sintetizó en tres: la desigualdad ; los insuficientes niveles de inversión, tanto de capital o como humano, junto al históricamente bajo nivel de ahorro nacional neto; y el insuficiente y el desequilibrado desarrollo de sus sistemas financieros nacionales.

En cuanto al problema de la desigualdad, señaló que "Latinoamérica tiene que mejorar su patrón de distribución de la renta y la riqueza" y para ello "tiene que construir sistemas tributarios con impuestos más simples y más sencillos de gestionar y controlar", con una política fiscal que amplía la base de contribuyentes y sea más progresiva.

"Latinoamérica necesita que el mercado cree la riqueza y que el Estado mejore su distribución con una estructura de ingresos e inversiones y gastos bien articulados y gestionados", afirmó.

Al referirse al insuficiente nivel de ahorro e inversión, el consejero de Banco Santander lamentó la brecha en la tasa de ahorro y de inversión con economías como la asiática. Explicó que mientras Asia ha dedicado en estas tres décadas el 32,6% del PIB a inversión, el porcentaje en Latinoamérica ha sido sólo del 20,6% y el ahorro nacional neto disponible ha sido en Latinoamérica de tan sólo el 20,7% del PIB, frente al 39,3% en Asia.

Para superar este desafío, consideró una "absoluta necesidad" mejorar el desarrollo y la profundidad de los sistemas financieros de la región. Reconoció que pese a los avances de los últimos años, "la bancarización es insuficiente" (sólo en Chile llega al 75%, dentro de la media mundial), por culpa de las frecuentes crisis bancarias padecidas por la región y por el insuficiente desarrollo de los mercados de capitales. Y en ese sentido, insistió en que la región tiene todavía dos importantes asignaturas pendientes: "la reducida importancia de las emisiones de renta fija privada largo plazo en moneda local y el desarrollo de sus mercados de renta variable y acciones".

"En ambos mercados, -dijo- como en la mayoría de los emergentes, estamos lejos de los países desarrollados." Una situación que, en su opinión, exige un compromiso público-privado en el que "las autoridades aporten liderazgo y marcos regulatorios que permitan el nacimiento y desarrollo de dichos mercados, así como los mecanismos de control y supervisión adecuados".

Luzón habló sobre tres motores fundamentales de cambio: mercados de capitales líquidos y profundos, bien regulados y supervisados, el desarrollo del mercado de los seguros, para que los ciudadanos y las clases medias latinoamericanas puedan afrontar el futuro con mayor seguridad, y unos bancos más próximos a la sociedad y a las empresas. "Lo que nos separa de los sistemas bancarios de los países desarrollados no son sólo las menores ratios de crédito/PIB, sino, fundamentalmente, la exclusión del mundo de los productos y servicios financieros y comerciales de amplios segmentos de la población".