En Colombia, las mujeres se niegan a tener relaciones. Acusan a sus maridos de no reclamar con dureza al gobierno y llamaron a una huelga de �piernas cruzadas�
Los ciudadanos de un pueblo en Colombia no tendán sexo sino hasta que el Estado culmine las obras de una ruta. Así castigaron las mujeres a sus maridos, a quienes acusan de no reclamar con dureza ante el Estado.
Las mujeres del municipio colombiano de Barbacoas, al sur del país, declararon una huelga de �piernas cruzadas� a sus esposos y se niegan a mantener relaciones sexuales hasta tanto éstos no adopten una �posición dura� para exigir la construcción de una carretera en su pueblo, lo que hasta el momento ha sido imposible por desidia y despilfarro del presupuesto municipal.
�Estamos cansados del nerviosismo, incompetencia y actitud sumisa de nuestros esposos que no son capaces de exigir del alcalde y del gobernador la construcción de una carretera digna para el pueblo. Ellos son muy varones para exigirnos en la casa, pero muy débiles para reclamar los derechos como sociedad�, aseguró a Clarín Maribel Silva, juez municipal y una de las 350 mujeres que participan de la particular protesta.
�Hemos pedido a nuestros esposos de mil maneras que adopten posiciones radicales para que el dinero que pagamos de impuestos no se lo roben y vaya a parar a la construcción de esta vía que es fundamental. Pero no pasa nada. Estamos viendo cómo nuestra decisión de no dejarles disfrutar de las mieles del placer ya los está llevando a ser más audaces�, enfatizó la mujer.
La llamada �huelga de las piernas cruzadas� ya cumple siete días. Durante este tiempo, las mujeres de Barbacoas �un poblado enclavado en la región montañosa de la provincia de Nariño, en la frontera con Ecuador, que cuenta con 35.000 habitantes � se reúnen a diario a gritar arengas, intercambiar experiencias frente a la reacción de sus esposos por su radical decisión y exhibir pancartas y carteles que rezan frases como: �Por un nuevo amanecer, nos abstenemos del placer�.
Silva aseguró que pese a que su protesta �puede resultar curiosa y hasta risible para algunos, hasta el momento arroja buenos resultados � para forzar la pavimentación de los 57 kilómetros de vía que comunica a Barbacoas con el contiguo municipio de Junín.
Por el mal estado de la carretera, el traslado de los habitantes entre estos dos poblados puede llegar a tardar hasta ocho horas. Y a veces más.
�Después de cinco días de protesta, los hombres del municipio decidieron iniciar su propia huelga: una de hambre, para exigir la terminación de la carretera. Nos alegra estar contribuyendo a la solución pacífica de un problema local�, bromeó Silva.
A su turno, el comandante de la Brigada local del Ejército, el general Eliécer Pinto, destacó la originalidad de la protesta y la justificó: �La carretera es una necesidad muy sentida para la población y todos los habitantes tienen dificultades grandes ante el mal estado, por ejemplo, a la hora de evacuar a los enfermos, ir a hacer trámites e incluso ir a comprar vestidos de última moda�, enfatizó.
Barbacoas, como muchos pueblos apartados de esta nación andina, viven entre el desgreño administrativo y frecuentes escándalos de corrupción.