Algunas empresas ya cobraron el aumento del 22%, otras lo harán en febrero y algunas sólo subirán el 2%. Hay mucha desprolijidad y los afiliados están desconcertados
La desprolijidad con que se está manejando la situación de las prepagas derivó en distinta suerte para los afiliados.
Hay quienes pagarán 22% de suba en febrero, otros a los que ya les debitaron ese porcentaje de sus cuentas este mes y, por último, quienes afrontan subas de sólo 2% como pretende el gobierno.
La preocupación central oficial es que impacte de la menor manera posible en el dato de inflación de enero que ya se estima en 1,3%. Todo muy improvisado.
Ante el desconcierto reinante, algunas prepagas están postergando la aplicación del aumento de las cuotas. Desde las compañías explican que se ven obligadas a hacerlo, porque gran parte de los afiliados están de vacaciones y además recién el viernes pasado el gobierno, vía la Secretaría de Comercio Interior y la Superintendencia de Salud a cargo de Héctor Capaccioli oficializó el valor de los pagos adicionales por consultas y estudios (copagos).
Por eso no extraña que los clientes estén recibiendo estos días las facturas de enero sin cambios en las cuotas respecto de los valores de diciembre pasado.
Claro que, aquellos que abonan con sistemas de débito automático ya les han descontado el incremento informado de 22% promedio.
Desde este mes el afiliado voluntario y aquel que se traspasó de obra social y recibe cobertura médica de una prepaga debe optar entre aceptar o no el sistema de copagos. Si así lo hace sólo sufrirá un aumento de la cuota de 2% en enero -más otro 4% distribuido en marzo y mayo-, de lo contrario pasará a un nuevo plan que implicará un incremento de 22%.
De todos modos cabe señalar que no se trata de una decisión de vida o muerte, porque existe la posibilidad de cambiar posteriormente de sistema.
Están afectados directamente por los cambios 900.000 afiliados voluntarios más, indirectamente, otros 130.000 traspasados de obra social.
En el caso de los planes corporativos, son las empresas que contratan la cobertura médica para sus trabajadores, las que deben evaluar qué sistema elegir. Este grupo es el más numeroso del mercado, son más de 2,2 millones de personas.