La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, recibió hoy el premio Rodolfo Walsh en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), en medio del escándalo desatado por el uso de fondos públicos en beneficio propio por parte del apoderado de esa organización, Sergio Schoklender.

Escoltada por la rectora de la UNLP, Florencia Saintout, y el periodista Víctor Hugo Morales, la titular de Madres se mostró tranquila ante los cánticos ultrakirchneristas y evitó pronunciarse sobre las causas que involucran a los hermanos Schoklender.

"El que no salta es de Clarín", corearon los manifestantes, que decían ser "soldados de Perón".

Bonafini, al compás del cántico, golpeaba la mesa con las palmas de sus manos.

Antes de tomar la palabra, Víctor Hugo le dijo: "Nos vas a hacer llorar a todos". Bonafini enseguida respondió: "Porque tengo la conciencia tranquila".

Tras la exposición del periodista, Bonafini destacó la lucha de Madres por los desaparecidas y destacó el rol de Víctor Hugo.

"Nos va marcando un camino. Es un hombre gigante que está haciendo para los chicos un modo distinto de ver y de pensar el periodismo", señaló.

"He leido mucho a Walsh, lo quiero mucho, porque encarnaba la revolución", dijo Bonafini.

Entre lágrimas, terminó su intervención con la lectura de la carta que Walsh le escribió a su hija María Victoria, muerta durante la última dictadura militar.

El 29 de septiembre de 1976, María Victoria, oficial 2ª de la organización Montoneros, murió tras un enfrentamiento con el Ejército.

La versión oficial indica que al verse rodeada y sin posibilidad de escape en la terraza de la casa, ella y Alberto Molina, el último sobreviviente, levantaron los brazos y tras un breve discurso que finalizó con la frase "ustedes no nos matan, nosotros elegimos morir", se dispararon en la sien.

En diciembre de ese año Walsh publicó un mensaje -en el que relata las circunstancias del hecho- llamado Carta a mis amigos.

En junio del mismo año en Mendoza, su amigo el escritor Paco Urondo, que también militaba en Montoneros, se suicidó tragando una pastilla de cianuro para evitar su posible detención en un control policial al que se acercaba cuando iba en un auto con su familia y llevando armas.