El domingo pondrán fin al acampe que mantienen desde hace más de tres semanas en protesta por la situación económica y política social del país
"Los indignados", integrantes del llamado movimiento 15-M que acampan desde hace más de tres semanas en la Puerta del Sol de Madrid en protesta por la situación económica y la política social del país, decidieron en una asamblea celebrada este miércoles que abandonarán la plaza el próximo domingo.
La decisión no se tomó por unanimidad, por lo que aquellos que estuvieron en desacuerdo con desmantelar el campamento presentarán una serie de propuestas para intentar continuar con la protesta en el corazón de Madrid.
"Nos vamos el domingo 12", dijo una de las portavoces tras la votación, en declaraciones recogidas por la Cadena SER.
A partir de ahora, los integrantes del campamento más simbólico de "los indignados" decidirán cómo dar continuidad a un movimiento que comenzó como una acampada espontánea en el centro de la capital para extenderse a otras plazas de provincias españolas y varias ciudades europeas como Atenas o París.
Entre las próximas iniciativas se sopesan posibilidades como la de dar el relevo a los distintos barrios de la capital para que se difundan desde allí sus reivindicaciones, celebrar campamentos simbólicos una vez al mes o incluso crear un campamento itinerante.
Lo que empezó el 15 de mayo con manifestaciones en distintas ciudades españolas exigiendo una "democracia real" de cara a las elecciones municipales y autonómicas del mes pasado, ha llegado a convertirse en un espacio en el que la gente puede expresar su hartazgo ante la situación del país.
El movimiento surgió en Internet y aglutinó el descontento ciudadano, especialmente entre los jóvenes, por cuestiones como el desempleo, la corrupción o el bipartidismo. No obstante, la acampada de Madrid ha provocado ya las protestas de los pequeños comerciantes de la turística Puerta del Sol madrileña, que sostienen que sus ventas se están viendo afectadas.
Los cuatro puntos consensuados que pide el movimiento son una reforma electoral más representativa y proporcional, la lucha contra la corrupción, la separación de los poderes públicos y la creación de mecanismos de control ciudadano sobre los políticos.
El movimiento, que sus participantes definen como apartidista, supone toda una novedad en España, donde apenas se habían registrado protestas pese a un nivel de desempleo que es el más alto de la Unión Europea y un duro recorte de gastos contra el estancamiento económico aprobado por el gobierno del partido gobernante.