La Justicia de Córdoba negó este miércoles que la muerte del soldado voluntario Pablo Guevara, de 23 años, tenga características como para decir que se trata de "un nuevo caso Carrasco".

El fiscal Ramón Ferrer Vera argumentó que el cuerpo" de la víctima "no se ocultó durante 30 días", como ocurrió en 1994 en Neuquén. No obstante, afirmó que "si llegan a surgir responsabilidades de las autoridades, habrá imputaciones".

Ferrer Vera dijo que el joven encontrado muerto el sábado pasado en el Regimiento de Infantería 14 del Ejército en Córdoba sufría "problemas respiratorios" y que la noche anterior había salido del cuartel ubicado camino a La Calera "para comprar medicamentos".

Además, detalló el fiscal en una entrevista publicada en el diario La Voz del Interior, que cuando el soldado fue encontrado muerto sujetaba en una mano "un aparato broncodilatador y tenía otro similar entre sus ropas".

Estos detalles brindados por el fiscal avalarían la tesis de que un "ataque de asma" habría sido el desencadenante del paro cardiorrespiratorio que sufrió el joven. Esa es la teoría que sostienen en el Ejército, donde insisten en que el final de la vida del muchacho se produjo por "una insuficiencia cardiorrespiratoria".

El martes, el comandante del Tercer Cuerpo, Gustavo Gabriel Schurlein, emitió un comunicado y dio una conferencia de prensa y dijo: "Creemos que se sintió mal, fue a buscar ayuda a la enfermería y entonces ha tenido un paro en ese lugar. A mí no me consta que haya tenido golpes". Por ese motivo le harán una segunda autopsia al cuerpo.

En tanto, el fiscal Ferrer Vera señaló que la primera autopsia no informó la presencia de "golpes", aunque dejó constancia de que el cuerpo presentaba "raspones" en un costado del rostro y en un hombro, los cuales podrían ser producto de cuando cayó al suelo.