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21 de noviembre de 2024
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Bergoglio duro en el Tedeum
El arzobispo de Buenos Aires advirtió que "la Patria no se cimentó con delirios de grandeza desafiantes", al encabezar el Tedeum del 25 de mayo en la catedral porteña
25 de mayo de 2011
Delante del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y con la ausencia de autoridades nacionales, el primado argentino reclamó "humildad" a los gobernantes y criticó la "veleidad que carece de toda propuesta", y a la que consideró "un mal argentino".

Bergoglio exhortó a seguir el camino de quienes "lucharon por la Patria más allá de las diferencias".

"Los maquillajes y vestidos del poder, y la reivindicación rencorosa, son una cáscara de almas que llenan su vacío triste, sobre su incapacidad de brindar caminos creativos e impiden confianza. Es el vaciamiento consecuente de lo compulsivo de la soberbia, en su manifestación más torpe, que es la veleidad", aseveró al presidir el Tedeum en la catedral metropolitana.

La presidenta Cristina Fernández no asistió al oficio religioso por el 25 de Mayo en el templo porteño, porque prefirió llevar la celebración a Resistencia, donde escuchó la homilía del arzobispo local, monseñor Fabriciano Sigampa.

Pero sí estuvieron el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y otros miembros del Gabinete. Entre otros, la ministra María Eugenia Vidal, su compañera de fórmula para las próximas elecciones, y el rabino Sergio Bergman, primer candidato a diputado por la Ciudad.

Bergoglio insistió en cuestionar al "veleidoso o vanidoso", a quien definió como aquel que "confunde pactos de contubernio con la organización, escaramuzas con luchas, ventajismo con horizonte de grandeza. Como no se soporta a sí mismo, necesita atemorizar a los demás y llena de palabras contradicentes lo que los hechos evidencian".

"Como carece de propuesta, sólo enuncia reivindicaciones, vive cuestionando, relativizando y trasgrediendo, porque en el fondo sobrevive eternizando su adolescencia. Cuidado ninguno de nosotros está libre de la veleidad", agregó.

El purpurado porteño llamó a seguir el camino de quienes "lucharon por la patria más allá de las diferencias", porque, aseguró, "cuanto más conscientes de nuestros dones y límites, las dos cosas juntas, seremos más libres de la ceguera y la soberbia".

Bergoglio alertó, además, que "las ambiciones desmedidas lograrán que el supuesto vencedor sea el rey de un desierto, de una tierra arrasada o el capataz de una propiedad foránea".

Asimismo, exhortó a "escuchar, pensar y sentir para actuar de acuerdo a nuestro horizonte y anhelos de grandeza pero con los pies en la tierra".

"La invitación es aligerarnos del pesos de nosotros mismos, de esas simulaciones, falsas creencias y recetas rápidas que tanto nos gusta ensayar a todos, para retomar la confianza del trabajo fraterno, mancomunado, de largo plazo, como lo aprendieron los humildes de nuestro pueblo, esos héroes conocidos y anónimos", sintetizó.

Antes de finalizar el Tedeum, Bergoglio invitó a los presentes a rezar de pie una oración por la Patria.