Lo decidió la Justicia de San Isidro, por lo que la media hermana de María Marta García Belsunce, no será detenida. Este miércoles comienza el juicio por encubrimiento
El juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, rechazó hoy el pedido de detención de Irene Hurtig por el crimen de su hermanastra María Marta García Belsunce, al considerar que no hay otras pruebas para acusarla del homicidio y porque la voz femenina que se escucha en una grabación tras el asesinato no indica que la haya matado.
De esta manera, Hurtig permanecerá en libertad, pero seguirá imputada como coautora del homicidio y, según adelantaron a Télam fuentes judiciales, los fiscales de Pilar Leonardo Loiterstein y Daniel Márquez, la indagarán la semana próxima o la otra.
La decisión se conoce un día antes de que comience el juicio oral a tres familiares de María Marta y a otros tres imputados, un vecino, la masajista y un médico, todos acusados del encubrimiento del crimen.
"Quiero indicar que la circunstancia de que Hurtig sea la persona de sexo femenino que se oye parlamentar de fondo durante la llamada, no alcanza seriamente, para sostener que realizó algún aporte determinante, o tan siquiera secundario, previo o durante la ejecución del hecho, que permitiera su perpetración", sostiene el juez Costa en su resolución, a la que accedió Télam.
Uno de los elementos claves por los que los fiscales pidieron el jueves la detención e indagatoria de Hurtig es un peritaje de voz realizado por Gendarmería que determinó que detrás de la voz del viudo Carlos Carrascosa pidiendo una ambulancia para María Marta, se escuchaban en segundo plano a un hombre y una mujer que serían Hurtig y su esposo, Guillermo Bártoli.
Para los fiscales, las frases que pronuncian son indicativas de que estaban manipulando el cuerpo de María Marta tras haberla matado, pero el juez no dio crédito a ese razonamiento y criticó a los representantes del Ministerio Público.
"Los doctores Márquez y Loiterstein, recurren a un indicador único -presencia de la imputada, en el momento de la llamada a Osde, y supuestas expresiones de la misma tales como `tenela, `tocala`, `cerrá la puer...`, `sí, está muert...`-, al cual por otra parte, también arriban a través de indicios, extremo que de por sí resulta incorrespondiente con el sistema indiciario o presuncional elegido", dice la resolución.
"A nueve años del aún hoy enigmático suceso, ni el fiscal (Diego) Molina Pico, ni quienes lo sucedieron en la pesquisa, encontraron pruebas o fundamentos serios para, y tal como sucediera con una importante parte del entorno más íntimo de víctima y supuesto victimario, sospecharla siquiera como autora del delito de encubrimiento agravado", agrega Costa.
El juez sostiene que "no hace falta demasiado esfuerzo para advertir que ninguno de los elementos descriptos, y reitero, de los que se valen los señores fiscales para probar su postura, permiten afirmar o tan siquiera suponer, la presencia de Irene Hurtig en el lugar y en el momento que se ejecutara el homicidio de María Marta García Belsunce".
Costa también mencionó la ausencia de peligro de fuga o de entorpecimiento de la investigación para rechazar la detención.
En su fallo, el magistrado remarcó que los fiscales hicieron el pedido en la sospecha de que ella y dos hombres efectuaron los disparos con un arma calibre .32, pero Costa sostuvo que "la construcción de tamaña afirmación, lejos está de hallarse acreditada".
Al respecto, dijo que los fiscales no mencionaron ni probaron tres elementos clave: si hubo un plan previo, la determinación de roles y la actividad concreta que desplegó sobre el hecho la imputada.
El juez marcó una contradicción grave de Marquez y Loiterstein porque "por un lado, refieren abonar la hipótesis de la coautoría funcional, que esencialmente reclama un reparto de tareas entre los ejecutores, empero, describen un hecho donde sus coautores parecen haber actuado en forma concomitante".
Por último, el magistrado razonó que "el sentido común" pareciera atentar contra la hipótesis de que Irene mató a su hermana junto a su marido y su cuñado de seis disparos y luego, "como parte de una teatralización perfectamente urdida y estudiada" salió en busca de médicos que bien podrían haber advertido que María Marta había sido víctima de un homicidio y no de un accidente doméstico.