La Central de Inteligencia Americana (CIA) espió durante meses cada movimiento del líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, asesinado el domingo pasado en una operación militar ordenada por el gobierno de los Estados Unidos.

Un pequeño grupo de espías de la CIA instalados en una casa encubierta en la ciudad paquistaní de Abbottabad controlaba cada movimiento de la residencia en la que vivía Bin Laden, según informó el diario The Washington Post en su edición digital.

La vivienda secreta fue utilizada como base de operaciones para la misión, que terminaría con la vida del terrorista. Así lo confirmó un funcionario de la agencia de espionaje norteamericana, quien explicó que el grupo de espías que habitaba la residencia secreta tenía una red de informantes paquistaníes y "otras fuentes" que le ayudaron a establecer un patrón de las costumbres y de las actividades diarias de los habitantes del complejo en el que se ocultaba Bin Laden.

El trabajo de vigilancia sobre el terreno fue parte de la información de inteligencia que llevó a centrar la atención de Estados Unidos hacia la vivienda, que desde agosto fue rastreada de todas las formas posibles, desde imágenes vía satélite hasta escuchas para identificar las voces en el interior.

"El trabajo de inteligencia fue tan completo como tenía que ser, y les correspondía a los militares acabar con el objetivo", concluyó.

El esfuerzo fue tan intensivo y costoso que la CIA acudió en diciembre pasado al Congreso para asegurarse de que iba a contar con cientos de millones de dólares dentro del presupuesto de la agencia para financiar la operación, según indicó el funcionario.

El operativo de vigilancia continuó en marcha hasta que el domingo pasado Ben Laden fue asesinado en una operación en la que intervinieron los comandos especiales estadounidenses conocidos como Navy Seals en la residencia en la que se ocultaba.