Los cuerpos fueron detectados el pasado 4 de abril en una parte del fuselaje de la aeronave sumergida en el océano Atlántico. Los investigadores comenzaron el miércoles los trabajos para poder sacarlos a la superficie y, luego de identificarlos, devolverlos a sus familias.

Sin embargo, los resultados de esta operación no están garantizados, advirtieron las autoridades. Los cadáveres se encuentran seriamente dañados después de dos años de inmersión. Por eso, temen que los restos, que se encuentran 3.900 metros de profundidad, no logren resistir cualquier manipulación o que el contacto con el aire libre pueda causar una corrosión fuerte.

"El problema de los cuerpos es un poco espinoso. Hay un aspecto traumatizante", señaló Robert Soulas, vicepresidente de la Asociación francesa de familias de víctimas Entraide y Solidaridad AF447. Agregó que no "se sabe en que estado se encuentran".

La oportunidad de subir a la superficie a los restos de las víctimas, dividó a sus familias. Algunas desean recuperarlos para darles un entierro, mientras que otros prefieren que permanezcan en el mar. Los familiares de las víctimas de origen brasileño aseguraron que "hay que subir todos los cuerpos, sea cual sea su estado".

El estado francés apoya esa posición y falló, en el mes pasado, a favor de rescatar los cadáveres a los fines de la investigación criminal y la restitución a las familias.

Las causas del accidente del Airbus A330, que costó la vida a 228 personas, podrían ser conocidas tras el análisis de las dos cajas negras rescatadas el domingo y el lunes. Los restos del aparato fueron localizados a inicios de abril a 3.900 metros de profundidad, en una zona de 600 por 200 metros.

Al respecto, el presidente de Airbus -empresa investigada por la Jusitica francesa por homicidio involuntario-, Tom Enders, aseguró que en la firma están "muy contentos con estas noticias y esperamos que las informaciones todavía sean legibles. Esto es lo único que puede contribuir a comprender los acontecimientos".