Asesor de "embajada paralela", representante en Ecuador
Alberto Alvarez Tufillo fue nombrado embajador en ese país. Había sido señalado como testigo de las irregularidades en el comercio con Venezuela
4 de mayo de 2011
El ex consejero económico y comercial de la embajada argentina en Venezuela, un hombre clave del affaire por las supuestas irregularidades en el comercio bilateral con Venezuela, Alberto Alvarez Tufillo, es el nuevo embajador argentino en Ecuador.
El decreto con su designación se publicó hoy en el Boletín Oficial, con lo que el diplomático está ya en condiciones de tomar el cargo. La promoción que quedó oficializada a través de la norma que firman la presidenta Cristina Kirchner y el canciller Héctor Timerman había sido adelantada por LA NACION en marzo último.
Alvarez Tufillo concentró la atención pública cuando el año pasado el ex embajador en Venezuela, Eduardo Sadous, lo señaló como testigo de la embajada "paralela" que el ministro Julio De Vido montó en Caracas para coordinar las relaciones comerciales con el gobierno de Hugo Chávez.
El ex consejero en Caracas fue, incluso, el redactor original del ya célebre cable CA EVENE 020096/2005, titulado "Grave situación", que Sadous firmó y envió a Buenos Aires tras incorporarle comentarios sobre los "serios problemas" observados en la relación bilateral, lo que sazonó con una palabra inusual: "corrupción".
El cable señaló como protagonista de los problemas a un colaborador de De Vido, Claudio Uberti, cuyo cargo formal era de contralor de las concesiones viales, pero que empresarios y funcionarios argentinos y venezolanos señalaban como el verdadero enlace a la hora de los negocios bilaterales.
La respuesta que recibió el embajador después de enviar aquel cable fue contundente. "Decile a Sadous que se deje de joder", le comunicó Uberti a Alvarez Tufillo, para que le dejara claro quién mandaba en Caracas. Y así fue, hasta que el colaborador de De Vido debió renunciar al Occovi y a su rol en Venezuela, en agosto de 2007, con el decomiso de una valija con casi US$ 800.000 en el avión, rentado por la petrolera estatal Enarsa, que lo trajo a la Argentina junto a Guido Alejandro Antonini Wilson.