El gobierno de EEUU hizo gestiones para entregarles el cadáver, pero lo rechazaron. Bajo rituales islámicos, se arrojó el cuerpo al mar y se desató una polémica
Los gobiernos de Arabia Saudita y Pakistán se negaron a recibir el cuerpo de Osama Bin Laden, muerto a unos 120 km de Islamabad en un ataque llevado a cabo por un comando estadounidense.
Así lo informaron a ANSA fuentes de la inteligencia paquistaníes, según las cuales Washington pidió a Islamabad recibir el cuerpo del líder de Al Qaeda, según indicaron.
"No es un ciudadano paquistaní y por lo tanto no hay ninguna razón por la cual debe ser entregado a nosotros", precisó la fuente, añadiendo que también el gobierno saudita rechazó el pedido de los Estados Unidos.
De hecho, la monarquía de Arabia Saudita, que encabeza Abdullah bin Abdul-Aziz, ya le había retirado la ciudadanía a Osama Bin Laden, poco después de confirmarse que había estado detrás del ataque a las Torres Gemelas, en 2001.
Por su parte, el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, es la cabeza de un régimen aliado a los EEUU, pero que fue cuestionado en varias oportunidades por tolerar la actuación de grupos fundamentalistas en su territorio.
De hecho, la presencia del jefe de la red terrorista en las afueras de Islamabad abonaron las dudas sobre el verdadero compromiso del país en la lucha contra el islamismo extremo. Lo cierto es que, en base a los datos de la inteligencia pakistaní, se conoció que hubo una cerrada negativa a recibir el cuerpo.
Después de ambas decisiones, el gobierno de Barack Obama resolvió arrojar el cuerpo al agua del Mar Arábigo, bajo los rituales religioso islámicos, a fin de evitar la creación de un santuario o un lugar de peregrinación.